INTENCIONES OCULTAS

4.7K 1K 51
                                    


Buenas florecillas! Espero que estéis todas bien,
Éste capítulo va dedicado a Ángeles Álvarez Anaya, espero que lo disfrutes!

Buenas florecillas! Espero que estéis todas bien,Éste capítulo va dedicado a Ángeles Álvarez Anaya, espero que lo disfrutes!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Faltaban algo más de dos horas para que terminase mi turno. Había dejado el teléfono en la taquilla para concentrarme en el trabajo y no en las llamadas de mi madre que conociéndola serían sucesivas, o peor aún, ésta llamaría a Irina cuando viera que no respondía al teléfono para usarla de mensajera.

—¿Todo bien?

Alcé la vista de la maquina de café para encontrarme con Cedrini. Casi nunca solía estar en el turno de tarde, normalmente solo coincidía con él si estaba de mañanas, pero desde que anuncié mi compromiso había estado guardando las distancias sin parecer tan directo, aunque aún podía comprobar por su modo de observarme que le gustaba lo que veía.

—Si —afirmé—. Este turno es más tranquilo que el de mañanas.

—Es cierto, aunque a veces prefiero el ritmo frenético que este silencio extraño —comentó acercándose demasiado e invadiendo mi espacio personal.

Con el tiempo había aprendido a percibir las señales y disimular demasiado bien lo que me agradaba o no que hiciera un hombre, así que cogí el café con cuidado y di un paso hacia atrás permitiéndole el acceso a la máquina.

—Un poco de paz en un hospital siempre se agradece entre tanto horror, lamento y muerte. Aunque sepamos que es un espejismo, nos permite continuar.

—También hay formas de encontrar ese espejismo aquí dentro... mucho más placenteras que el silencio —dijo sin mirarme, sino metiendo la moneda en la máquina y pulsando el botón.

Sabía hacia donde iba la conversación y el rumbo que estaba tomando. Quería probar, tentarme, saber hasta donde estaba mi límite para acercarse.

—Desde luego —contesté y vi como se giraba rápidamente hacia mi para verme—. Pediatría es el lugar apropiado para cargarse de oxitocina si no te satisface la que obtienes fuera de este lugar —concreté llevándome el café a los labios y comprobando que estaba mucho más caliente de lo que me gustaba, aún así me lo bebí, solo porque quería estar lo suficiente despejada cuando llegase a casa de Andrei—. Aún me quedan unos cuantos informes por repasar para las cirugías de pasado mañana, las dejaré en tu despacho antes de irme.

Comencé a alejarme sin esperar una respuesta y deduje que me observaba fijamente a pesar de que había declinado su oferta. Conocía a los tipos como Cedrini, eran de los que picoteaban alrededor de su presa de forma incansable hasta que en algún momento de debilidad, cedían. En otras circunstancias quizá no me hubiera importado acostarme con él, puede incluso que ni el hecho de estar casado fuese un impedimento si me gustase de verdad, pero no sentía hacia él una atracción que superase el hecho de que él era mi superior y que bajo ningún concepto pensaba estar sometida a su mando en ese sentido. Tal vez debiese responder ante él como jefe del departamento, pero si esperaba que follásemos de forma silenciosa en su despacho para que nadie se diera cuenta de que teníamos una historia y así enorgullecer su ego de macho ibérico, va a ser que no, suficiente tenía ya con haber caído en la tentación de Andrei y de la que ahora mismo salivaba por volver a probar.

El Diamante RusoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora