Marginada, bastarda, impura, bruja y mestiza. Son algunas de las palabras que he escuchado toda mi vida.
El mundo mágico se rige por reglas tan antiguas como los mismos guardianes. La mas importante de todas, que criaturas como yo no existan.
A ve...
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Merida
Parecía un sueño volver a caminar por las calles de Storybrooke. No pasó ni un año, tal vez seis meses, pero de verdad pensé que no volvería.
- No hay nadie en el mundo humano. -
- Bueno. Es que pasa de la media noche, pero en la mañana habrá más gente. -
Llegamos a la casa. De una ventana externa saqué la llave escondida y abrí.
- Ven, Sofi. Está es mi casa. -
Dejamos las mochilas y fuimos directo a la cocina; había algo de caos pues Raya dijo que estaban empacando. Había cajas por doquier y papel de burbujas también.
- Veamos si hay comida. Siéntate. -
La pequeña se sentó en las sillas de la barra, alcanzó el interruptor para encender la luz mientras abría el refrigerador.
- Creo que podemos... comer... ¡uy! Hay pay de queso. -
- Ni lo sueñes. Es el mío. -
Volteé a la voz, Raya tenía su espada en la mano, pero la dejó y me sonrió.
- La próxima vez que irrumpas en una casa, asegúrate que no tengan armas. -
Le devolví la sonrisa y nos abrazamos.
- Sabía que volverías. -
Me soltó, vio a Sofi y luego a mí.
- Larga historia. -
Saqué el pay para poder cenar algo. La mamá de Sofi habló muy bien con ella; estaba tranquila, consciente de la situación y después del pay se quedó dormida en un sillón. Levanté los platos, Raya se sentó, íbamos a hablar, pero escuchamos pasos por la escalera.
- Raya... ¿Quedó pay? Rapunzel quiere... -
Todo el sueño que cargaba se fue de su expresión, al verme.
- Ryder... ¿Ahora le llevas comida a Rapunzel en su cuarto? Te tiene dominado. -
- ¿Mer...? -
Seguía en shock, no se movió así que yo me acerqué y lo abracé.
- Hola, Flynn. -
Reaccionó de inmediato, me abrazó con fuerza y cerré los ojos. Ambos temblamos y sentí que lloró un poco.
- Tranquilo... tranquilo... aquí estoy y estoy bien. -
- Te creí muerta o sufriendo una tortura peor... y... y yo... -
- No. No, no... no, Flynn. -
Me separé de él y lo sujeté con fuerza de los brazos.
- Yo debí ir y rescatarte, debí haber detenido a Hiro, debí... -