24. Todo a su tiempo

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Mis deberes con las pandillas se limitaban a financiar herramientas, pagar cuentas de hospital y el material para los uniformes. Todo lo hacía solo porque sí, tenía dinero de sobra a mi disposición y mi padre no controlaba mis gastos. Es por eso que normalmente no estaba muy pendiente a sus conflictos, lo cual era irónico porque quería ayudar a Takemichi y no tener idea de nada de lo que ocurría no era competente.

La noche que Takemichi volvió del pasado, había una reunión. Sabía que la habría porque en el grupo de la pandilla habían mandado el aviso pero no le tomaba mucha importancia porque era muy común que las hubieran por cosas en las que meter mi cuchara no serviría de nada. Emma me mandó un mensaje para que vaya y la acompañara, ya que, las pocas veces que había ido nos gustaba chismear. Sin embargo, esa noche había quedado con Yuji en terminar de ver una serie y no quería cancelarle.

Me gustaba estar con él, no tengo como negarlo.

Estábamos viendo el capítulo, cuando el timbre sonó. Me sorprendí al ver a Takemichi, no solo porque estaba en la puerta de mi casa sin que le haya dado la dirección, también porque parecía un hematoma con patas.

-¿Te atropellaron?

-Me golpeó mi novia.

-Menos mal-ignoré su cara de ofendido-. Supongo que eres el Takemichi del futuro...

El asintió, parecía nervioso.

-¿Quieres pasar?

-Desde hace una calle siento que me están vigilando-dijo rascando su nuca.

Lo jalé para que entrara, ingresamos a la sala y tras ver a Yuji su rostro cambió. Parecía aturdido.

Yuji también se le quedó viendo, no era habitual para él ver rostros tan hinchados, o quizás solo quería vacilarle.

-Hola bro-saludó con su típica sonrisa.

Takemichi parpadeó varias veces antes de devolverle el gesto, aceptando la taza de chocolate caliente que Yuji le ofrecía.

-Los dejó solos para que hablen-dijo Yuji, comprensivo. Salió al jardín y aprovechó para leer un libro que le habían encargado en la escuela.

Guíe a Takemichi a los sillones, estaba pasmado por el tamaño de la casa y no dejaba de ver al jardín y la casa principal que estaba en frente.

-Sobre lo que mencionaste al llegar... también tengo algo similar que compartir-empecé-. Hace poco, escuché una charla en un callejón cerca de aquí. Casualmente hablaban sobre matar a Draken y aunque no lo comenté antes, no es la primera vez que lo escucho.

-Será el 3 de agosto-su ansiedad se percibía en todo su cuerpo-. Draken morirá ese día. Hoy en la reunión dijeron que ese mismo día se planificó la pelea contra Moebius. Lo quieren a él, ya que así no habrá nadie para controlar a Mikey.

-Necesito que me cuentes todo, Takemichi. ¿Qué sucedió?

Sus ojos se aguaron a medida que hablaba.

-Mi amigo, Akkun... murió frente a mi. Era un subordinado de Kisaki Tetta, el segundo al mando luego de la muerte de Draken. Si quiero salvar a Hina, debo salvar a Draken para no permitir que Mikey se pierda-secó algunas lágrimas-. Pero aún no sé cómo hacerlo, quiero ayudarlos pero soy demasiado inútil para hacerlo.

Le di un abrazo, necesitaba tiempo para organizar mis palabras. Cuando se calmó, me explicó sobre lo que se había hablado en la reunión: Moebius se había metido con un miembro cercano a Pah, de la tercera división, habían abusado de su novia y asesinado a su familia. Pah quería pelear, y es por eso que planificaron el enfrentamiento. Además, también mencionó un conflicto entre Draken y Mikey, que sería un gran detonante para el asesinato del primero.

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