15. Me arrinconaron en la pared y me hicieron muak

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Primer día de clases y yo lo único que pensaba era en dormir para siempre.

Me había despertado temprano, demasiado temprano, pero no por gusto. Bokuto se había encargado especialmente de realizar todo un ritual que incluía una corneta y tambores. Hasta a Thiago lo había despertado.

Nos encontramos al llegar a las escaleras, ambos estábamos con un humor por el suelo, pues la noche anterior nos habíamos desvelado viendo películas.

Mientras bajaba los escalones recordé que mi padre no me había hablado nada acerca de ese viaje y que tampoco me había dado una respuesta clara acerca de la remodelación a mi casita.

—¡Espero que estén con las energías al tope! Himeko, es tu primer día de clases en tu nueva escuela, debes de transformarte en algo más que un zombie hambriento—luego miró a Thiago con severidad—. Deben dejar de desvelarse.

—Si papááá—intercedí dándole un abrazo—. Desde hoy ya no hay más películas, Thiago debe esforzarse en sus prácticas.

Thiago, que al menos aquel día se había dignado a usar una bata para bajar, me sonrió pícaramente antes de abrir la heladera. Hubiera hecho lo mismo si mi papá no se hubiese dado la vuelta.

—Tengo que hablar contigo, princesa.

Bueno, supongo que por fin tendría respuestas.

—Demos un paseo por el supermercado. He revisado tu despensa y necesitas algunas cosas.

Estando en el coche, me preguntaba por qué no habíamos caminado hasta la tienda que había a la vuelta. Cómo si estuviera leyendo mis pensamientos, habló:

—Necesitaba un camino largo.

Lo miré de reojo sin decir nada, para que pueda continuar.

—Debo realizar un viaje, y no sé cuánto tiempo me tome, bueno, nos tome—se corrigió—. Akaashi también vendrá.

Sentí su mirada sobre la mía unos segundos, luego la devolvió al camino.

—Yo... sé que estarás bien. Estarás con Thiago y también tienes amigos con los que no te sentirás sola. Y mira el lado bueno, serás la ama y señora de la mansión—intentó animarme—. Yo solo espero que sepas que no me voy porque quiera abandonarte, eso jamás ha pasado por mi cabeza.

Coloqué mi cabeza sobre su hombro unos segundos.

—Lo entiendo, no te preocupes—dije levemente—. Fushiguro ya me había hablado del viaje, asi que tuve tiempo para procesarlo. Solo estaba esperando a que me lo dijeras.

Bokuto sonrió mientras negaba.

—Pareciera que ese chico siempre va tres pasos más adelante que uno—me dió una mirada rápida—. Esfuérzate con el equipo de volley, está vez no me perderé la final ni aunque me atropellen.

Le devolví la sonrisa.

—Es por eso que remodelaste toda mi casa, ¿no?—deduje.

El asintió.

—Cuando me lo preguntaste aquella noche, no estaba listo para decírtelo. Creo que me dolerá dejarte más a mí que a tí —rio.—Esperaba que se convierta en un lugar más cómodo en el que puedas pasar el rato con tus amigos, y con Thiago, por supuesto.

—Lo ha sido—le afirmé—. Muchas gracias, papá.

—No tienes que agradacerme—beso mi frente—. Mira , ya llegamos.

Entramos al supermercado, como cualquier otro tenía su buen tamaño. Los empleados saludaron a mi padre y a mi.

—Me alegra que ellos se sientan cómodos contigo—me dijo—. Sé que harás un buen trabajo encargándote de este.

RD Tokio Revengers Y OtrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora