16. Besé al capitán del equipo de volley

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Hablé con Jiro para que me recogiera tarde, pero no me había contestado. No le di mucha importancia pues me había quedado bajo un árbol para charlar con Baji, Chifuyu y Haruchiyo, y tampoco es que fuera tan inútil para no poder conseguir un taxi o regresar a casa a pie.

Les estaba contando mi encuentro con los Haitani (endulzaba la historia y evitaba la parte en la que me empujaron en un callejón y me tomaron una foto para sabrá qué o quién) cuando sentí que  daban golpecitos en hombro. Fruncí el ceño al verlo, lo menos que necesitaba era más atención sobre mi persona, y claro, todo aquel que conocía a Gojo siempre terminaba recibiendola por demás.

—¿Qué haces? Jiro podía recogerme—eché un vistazo atrás, varias personas veían a Gojo con sus teléfonos en las manos pero no sé animaban a acercarse.

—Yo le dije que no lo haga—me susurró de vuelta—. Antes de viajar decidí ser un buen papá y tío.

—Claro.

Gojo soltó una risita y mostró las palmas.

—Necesitaba divertirme un poco y tengo que esperar a Suguru porque quedamos en irnos juntos, no me mires así. Además, tienes una fiesta según me informaron y yo los llevaré a casa de Yuji.

—¿A cuál fiesta? ...ah si—recordé. No había pensando en ella, ni siquiera sabía que ponerme, y algo me decía que no era buena idea ir.

"Que guapo"

"¿Es su padre?"

"Son muy parecidos"

"¿Ya viste sus ojos?"

"Ojalá conocer a alguien tan lindo como él"

Escuchaba entre los murmullos de las personas.

Ya estaba acostumbrada, en especial a que pensaran que Gojo era mi padre. En Brasil, nos habían tomado unas fotos en la playa que no tardaron en subirlas a internet y comenzar a especular acerca de si realmente Bokuto era mi progenitor.

Lo normal.

La aparición de Yuji, Nobara y Megumi me tomó por sorpresa.

—¿Podemos irnos? Huelo a chisme por aquí —pidió Megumi dando un vistazo juzgón al montón de personas que nos rodeaban.

—Mira quién lo dice.

—¡Yo no soy chismoso!

Tomé mi mochila y me despedí de los chicos. No tuvimos que atravesar a muchas personas porque todas se habían trasladado alrededor de Gojo mientras este se tomaba fotos con ellas. Aún así, no pude evitar ver a Yuji escribiendo algo en el teléfono de una chica.

Subimos a la parte trasera del coche, esta vez quien estaba de copiloto era Megumi. Se negó rotundamente a que otra persona que no fuera él pusiera música.

Nos tocó soportar.

Llegamos a la casa de Yuji, una construcción realmente grande dónde predominaba un estilo japonés. Por fuera podía verse muy tradicional, pero entrabas y te quedabas boquiabierto. Y pensar que todo eso sería de Yuji por varios meses.

Caminamos hasta la entrada por un caminito de piedra rodeado por un estanque, sin mucho esfuerzo podías ver a los peces nadando allí. Entramos y no había ningún rastro de Nanami, Gojo nos dijo que ya había partido junto a mis padres.

Satoru no se quedó mucho, merendó con nosotros y nos avisó que también debía irse, tenía que recoger a Suguru y luego ir ambos al aeropuerto. Luego de su partida recibí una llamada de Thiago, me dijo que Tara se ofreció amablemente a recogerlo y llevarlo a la fiesta. 

RD Tokio Revengers Y OtrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora