Hablé con Jiro para que me recogiera tarde, pero no me había contestado. No le di mucha importancia pues me había quedado bajo un árbol para charlar con Baji, Chifuyu y Haruchiyo, y tampoco es que fuera tan inútil para no poder conseguir un taxi o regresar a casa a pie.
Les estaba contando mi encuentro con los Haitani (endulzaba la historia y evitaba la parte en la que me empujaron en un callejón y me tomaron una foto para sabrá qué o quién) cuando sentí que daban golpecitos en hombro. Fruncí el ceño al verlo, lo menos que necesitaba era más atención sobre mi persona, y claro, todo aquel que conocía a Gojo siempre terminaba recibiendola por demás.
—¿Qué haces? Jiro podía recogerme—eché un vistazo atrás, varias personas veían a Gojo con sus teléfonos en las manos pero no sé animaban a acercarse.
—Yo le dije que no lo haga—me susurró de vuelta—. Antes de viajar decidí ser un buen papá y tío.
—Claro.
Gojo soltó una risita y mostró las palmas.
—Necesitaba divertirme un poco y tengo que esperar a Suguru porque quedamos en irnos juntos, no me mires así. Además, tienes una fiesta según me informaron y yo los llevaré a casa de Yuji.
—¿A cuál fiesta? ...ah si—recordé. No había pensando en ella, ni siquiera sabía que ponerme, y algo me decía que no era buena idea ir.
"Que guapo"
"¿Es su padre?"
"Son muy parecidos"
"¿Ya viste sus ojos?"
"Ojalá conocer a alguien tan lindo como él"
Escuchaba entre los murmullos de las personas.
Ya estaba acostumbrada, en especial a que pensaran que Gojo era mi padre. En Brasil, nos habían tomado unas fotos en la playa que no tardaron en subirlas a internet y comenzar a especular acerca de si realmente Bokuto era mi progenitor.
Lo normal.
La aparición de Yuji, Nobara y Megumi me tomó por sorpresa.
—¿Podemos irnos? Huelo a chisme por aquí —pidió Megumi dando un vistazo juzgón al montón de personas que nos rodeaban.
—Mira quién lo dice.
—¡Yo no soy chismoso!
Tomé mi mochila y me despedí de los chicos. No tuvimos que atravesar a muchas personas porque todas se habían trasladado alrededor de Gojo mientras este se tomaba fotos con ellas. Aún así, no pude evitar ver a Yuji escribiendo algo en el teléfono de una chica.
Subimos a la parte trasera del coche, esta vez quien estaba de copiloto era Megumi. Se negó rotundamente a que otra persona que no fuera él pusiera música.
Nos tocó soportar.
Llegamos a la casa de Yuji, una construcción realmente grande dónde predominaba un estilo japonés. Por fuera podía verse muy tradicional, pero entrabas y te quedabas boquiabierto. Y pensar que todo eso sería de Yuji por varios meses.
Caminamos hasta la entrada por un caminito de piedra rodeado por un estanque, sin mucho esfuerzo podías ver a los peces nadando allí. Entramos y no había ningún rastro de Nanami, Gojo nos dijo que ya había partido junto a mis padres.
Satoru no se quedó mucho, merendó con nosotros y nos avisó que también debía irse, tenía que recoger a Suguru y luego ir ambos al aeropuerto. Luego de su partida recibí una llamada de Thiago, me dijo que Tara se ofreció amablemente a recogerlo y llevarlo a la fiesta.
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RD Tokio Revengers Y Otros
RandomHola, este libro contará mi experiencia en mi realidad deseada, una realidad que mezcla muchos personajes. Espero que les guste!!