19. La toman y la clasista pt 2.

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Me levanté de las escaleras para entrar a la cocina, el recipiente con las galletas que sobramos luego de ver una película había desaparecido de la encimera. Fui hacia la sala de estar en busca de Yuji, lo encontré mirando un coche de carreras de Lego que habíamos armado el día anterior.

-No noté que despertaste-dije sentándome junto a él.

-Te veías muy tranquila, no quería molestarte.

-Nunca lo haces.

Esbozó una sonrisa pequeña.

-Me invitaron a una fiesta, iré con la Toman—mencioné.

-¿Quieres que te acompañe a tu casa?-preguntó, metiendo una galleta a su boca.

Negué.

-Mikey llegará en un momento. ¿Te gustaría ir con nosotros?

-Si alguna vez le digo que no a una fiesta, preocúpate.

Sonreí.

-Le diré a Nobara.

-Y yo a Fushiguro.

Sacamos nuestros teléfonos y les escribimos al mismo tiempo. También ambos respondieron al instante.

-Está en el salón-leí el mensaje de Nobara.

-Dice que tiene que estudiar-leyó a Megumi.

-O sea que no quieren venir-deducimos al mismo tiempo.

-Fushiguro siempre dice lo mismo cuando no quiere salir, últimamente ha estado repleto de tareas, al parecer.

-Nobara también, diez citas en el salón en una semana es sospechoso.

De repente, escuchamos el ruido colectivo de motores. Debido a la curiosidad, salimos afuera antes de que tocaran el timbre. Cuando Mikey me dijo que pasaría a recogerme, me imaginé que efectivamente solo sería él. Vaya sorpresa encontrarme a todos los miembros de "La toman (y la clasista)" esperándonos afuera.

-En motocicletas si se ven intimidantes-me susurró Yuji al oído, disimuladamente.

-Y eso que no los viste con el uniforme aún-hice una mueca, recordando la vez que miembros de la quinta división se aparecieron frente a mi escuela y hasta los profesores se guardaron dentro de las paredes-. Convencí a Yuji de venir-dije sonriente.

La mirada pícara de Keisuke no se hizo esperar, haciendo reír a todos. Me quería matar por lo roja que me puse.

-Ven conmigo-ofreció el pelinegro, Yuji no se hizo problemas y subió a su motocicleta.

Saludé a Haruchiyo antes de subirme con Mikey.

Ya era de noche, en algún punto la mayoría se fue separando para no generar conflictos con pandillas de otras zonas o simplemente para no alarmar los vecindarios. Estaba sujeta a los hombros de Mikey, pese a que hacíamos atajos en calles angostas, él no dejaba de manejar rápido. Admito que a veces me provocaba temor su manera de conducir, pero ver lo libre que se sentía al hacerlo me conmovía. Sin embargo, ese día lo notaba un poco tenso.

-¿Sucedió algo?-pregunté.

Negó con la vista en frente, doblando por una calle. La música de nuestro destino se oía con poca claridad.

-Me preocupa tu amistad con Haruchiyo-dijo serio luego de unos segundos de silencio.

-No es mala persona, Mikey. No hay por qué preocuparse.

-Hay cosas que no puedo contarte, pero debes saber que el consume drogas-suspiró-. No se trata solo de hierba.

Tragué saliva.

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