17. Haruchiyo es una mala influencia

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Habían pasado unas semanas y en casa las cosas eran complicadas. Thiago y yo no hablábamos desde la fiesta, ambos sabíamos que erramos por igual, él por imbécil y yo por vengativa, pero ninguno quería dar el brazo a torcer y pedir una disculpa. Por otro lado, con la Toman todo andaba muy tranquilo, faltaban unos meses para que Takemichi llegara y las cosas se pongan patas arriba, pero hasta ese entonces el único problema que enfrentaban era a dónde mandar a los nuevos miembros y algún que otro enfrentamiento con pandillas menores.

Las personas de la pandilla con las que más me relacionaba a diario era con mi primo Keisuke, con Chifuyu y Haruchiyo. De hecho, con este último habíamos formado una inesperada amistad gracias a que éramos compañeros de clase en varias materias. En el ámbito deportivo me iba bien, Oikawa y yo éramos buenos amigos y ya me había presentado al resto del equipo que competiría en el torneo de volley mixto que sería dentro de varios meses y hasta eso yo entrenaba con el equipo de volley femenino, en el cual había conocido a gente muy linda y nos preparabamos para un intercolegial próximo. (A este tiempo ya se habían hecho las pruebas para ser parte de los equipos)

Algo que me gustaría mencionar era el peligro de conocer a alguien que pertenece a una pandilla. En mi caso las cosas eran muy complicadas, al ser cercana al líder de Toman, constantemente me sentía vigilada. No me malinterpreten, hasta aquél momento el único problema que tuve fue con los hermanos Haitani, por suerte mi existencia no era tan conocida, el por qué de sentirme observada era más que todo por mis compañeros de pandilla. Mi culpa por contar mi experiencia en el callejón a Haruchiyo, ya que este se encargo de divulgarlo por toda la quinta división. Aún hacíamos teorías de a quién le había enviado Ran esa foto.

Mi padre y yo hacíamos llamadas a menudo, se veía tranquilo, aunque siempre me recordaba lo mucho que me extrañaba. A veces sus amigos se unían a la llamada, Nanami preguntaba mucho por Yuji y normalmente este último tenía la oportunidad de contestar porque se nos había hecho costumbre ir a la casa del otro durante las tardes. Casi siempre ellos llamaban y hablamos mientras Yuji y yo armábamos figuras de Legos.

Para nuestra lástima ese día no pudimos juntarnos porque había quedado con Haruchiyo para hacer un trabajo de literatura. Era la primera vez que vendría a mi casa y estaba nerviosa. Había preparado un lugar en la sala de estar, una mesita y algunos refrigerios para no pasar hambre hasta la noche, ya que si el quería y el trabajo lo requería, yo podía pedir algo para cenar.

Para ser sincera, el trabajo en parejas fácilmente se podría hacer solo, pero ¿qué chiste hay en eso?

-El cuestionario está fácil, creo-mencionó Haru mientras le daba un repaso a la hoja.

-Eso espero, ¿Cuál es la primera pregunta?

-¿Dónde está Robert Walton cuando escribe la primera carta?-lee con las cejas arrugadas-. Fácil, San Petersburgo.

-¿Será que la maestra prefiere una respuesta más elaborada?

-No lo sé, podríamos poner "San Petersburgo, Rusia" con letras muy grandes para que se vea mucha información.

-Si, es una buena idea-comenzamos a escribir lo que dijo-. ¿A ti te gustaría conocer Rusia?

-¿Ah? Eso no dice en mi hoja

-Ya sé, te lo estoy preguntando.

-Ah. No lo sé, tal vez si. Me gustaría conocer a algún mafioso ruso.

A este punto, Haruchiyo claramente ya no me daba tanto miedito en comparación a cuando lo conocí, pero esa respuesta y mi recuerdo sobre la existencia probable de Bonten me provocó un sentimiento de angustia.

-Ja, ja, ja. Dicen que son muy fríos, ya sabes, sin mucho sol la vida se ve apagada.

Encogió los hombros.

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