Capitulo 🧣26

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Era insoportable. Era increíble. --Oh Dios !!

Nattawin hundió las manos en los cabellos de mile y se sujetó con fuerza mientras él lo lanzaba al paraíso. Una y otra vez frotaba la lengua contra su núcleo hasta que la visión de Nattawin se nubló y la ola estalló en una densa liberación.

---Ahhh!!  --Ahhhh mile!!!

Jadeando, se agarró a los hombros de mile mientras su cuerpo se calmaba y la mente empezaba a funcionarle de nuevo, Nunca había sido así con ese hombre, por bueno que hubiera sido.

—¿De qué iba todo eso? —preguntó cuando al fin pudo hablar.

—Creía que era bastante evidente —mile enarcó las cejas y sonrió satisfecho—. ¿Necesitas una repetición para enterarte mejor? Porque me encantaría ilustrarte.

—Ya sabes a qué me refiero —nattawin sonrió—. No ha sido el procedimiento habitual entre nosotros.

—En Houston Texas teníamos vidas muy ocupadas —él se encogió de hombros mientras le desabrochaba una sandalia—. No vivíamos juntos. Mis jornadas laborales eran de dieciséis horas.

—¿Y mañana no va a ser un día intenso? —Nattawin gimió cuando empezó a masajearle el tobillo.

---Ay!!!!...

—No. ¿Oyes eso? —mile inclinó la cabeza hacia la ventana—.

Es el sonido de una tormenta que me va a proporcionar todo el tiempo del mundo para hacer lo que más me apetece. Tengo toda la noche y un interés especial en desarrollar mi creatividad.

El estómago de Nattawin empezó a vibrar. Su madre la había educado bien y había algunas cosas que un chico jamás haría. Pero yo no era normal ...
La intimidad era un tesoro, algo que crear con la persona adecuada, y el jamás se había acostado con un hombre con el que no se imaginara pasar el resto de su vida.

No es que sintiera aversión hacia la aventura, pero nunca había tenido la oportunidad. Había límites para lo que podías hacer con alguien a quien ibas a ver cada mañana de tu vida. Pero aquella noche no tenía nada que ver con el resto de su vida. Y con mile estaba a salvo. ¿Qué mejor oportunidad que esa para exprimirlo a su antojo?

Eso diría su hermana shayrie..

—Eso suena muy bien. Cuéntame más.

—¿Recuerdas tu respuesta sobre tu posición favorita?

—El misionero funciona —espetó nattawin—. ¿Qué tiene de malo?

—Nada —él le besó el pie y deslizó los labios hasta el tobillo—. Pero hay muchas más.

—¿Y por qué ahora? —había un pequeño detalle que Nattawin no entendía—. ¿Con qué motivo?.

La otra sandalia aterrizó en el suelo y mile se llevó una de las piernas de Nattawin hasta el hombro mientras le flexionaba la otra contra el pecho.

—Eres un empresario independiente. No puedo explicarte lo excitante que me resulta.

De modo que diseñar unos cuantos vestidos de novia le daba un aspecto más ardiente…

La idea resultaba fascinante. A mile no le excitaba la lencería, apenas la había notado. Algo intangible le había abierto todo un mundo de posibilidades.
El hecho de que lo encontrara más sexy por sus logros
profesionales también resultaba afrodisíaco para el.
Pero estaban hablando demasiado, y la culpa era suya. Sin embargo, decidirse por la aventura era una cosa, y llevarla a cabo otra.
Antes de poder decidir qué hacer, mile volvió a hundir el rostro entre sus muslos.

Tres años Después Donde viven las historias. Descúbrelo ahora