Capitulo 🧣40

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Bueno, en cierto modo lo era. Y se merecía esa mirada asesina color café.

-Puede esperar -asintió él hacia el hombre-. Siento la
interrupción, Nattawin. Mándame un mensaje cuando hayas terminado y reúnete conmigo en mi despacho.

-nattawin. Luego te veo -contestó ella sin dedicarle ni un segundo más de su atención.
Mile esperó impaciente en su despacho durante media hora, pero no hubo ningún mensaje.
Lo que sí recibió fueron tres llamadas de Mary pidiéndole su opinión sobre diversos detalles de la boda de pega.

-Deberías conservar a Nattawin en el equipo. Ese Diseñador sí conoce a las novias..

Y así era. También sabía lo que se sentía al ser uno.
Era un imbécil. Si Nattawin no le había revelado sus sentimientos era, sencillamente, porque no le había dado ningún motivo para hacerlo.

Del mismo modo que no le había dado ningún motivo para que acudiera a su despacho.
Si aspiraba a salvar algo de ese desastre en que había
convertido la relación, tenía que hacer algo grande.
Ya era hora de cambiar lo que más se le resistía: él mismo. El misil PhakPhum tenía una Importante diana a la que acertar.

Y si pretendía oír de labios de Nattawin que lo amaba, iba a tener que que admitir que se había enamorado de el. Y hacerlo en voz alta, Delante de el.

Cara se sentó en la primera fila, donde debería sentarse la familia del novio si fuera una boda de verdad. Pero dado que los novios eran actores, a nadie le importaría que eligiera el mejor sitio, Adoraba las bodas. De eso no había duda.

El revolcón con mile le había devuelto la capacidad para verlas como lo que eran, una celebración del amor y el compromiso entre dos personas. No se conformaría con menos y, si eso significaba que nunca recorrería ese pasillo, sería el precio a pagar.

Aún vestida con el vestido Mulan, cruzó las piernas con cuidado de no desgarrar el dobladillo. Debería haberse cambiado, pero no le apetecía quitarse el vestido aún. La prenda se había convertido en el símbolo del éxito de Diseños Nattawin Wattanagitiphat Chandler. Era su vestido y
le gustaba llevarlo puesto.

La música comenzó a sonar y la novia avanzó por el pasillo, descalza, tal y como Nattawin le había sugerido a Mary

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La música comenzó a sonar y la novia avanzó por el pasillo, descalza, tal y como Nattawin le había sugerido a Mary.

-Amados hijos -el oficiante, también actor, recitó el texto-. Y si alguien se opone, que hable ahora o que calle para siempre.

-Yo me opongo.

La voz de mile atronó en medio de la suave atmósfera del atardecer. Avanzó por el pasillo central, como si fuera suyo y, al llegar a la primera fila, se detuvo y fijó la mirada en Nattawin

-¿En qué se basa? -preguntó el oficiante como si formara parte del guion.

-Me baso en que las bodas deberían unir a dos personas que estuviesen enamoradas -mile seguía dirigiéndose a Nattawin-. Estos novios no están cualificados para serlo.

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