🧣EPILOGO 🧣

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El amanecer atravesó el ventanal de la suite nupcial mostrando una cristalina playa hasta donde alcanzaba la vista. Nattawin se acurrucó contra el cálido cuerpo de mile y contempló el amanecer en Aruba.

—Jamás podría cansarme de esta vista —aseguró—. Aunque la viera cada mañana durante dos meses. Nunca envejece.

—Estoy de acuerdo, señorito  Nattawin PhakPhum —murmuró mile sin apartar la vista de Natt, —Eres lo más bonito que uno puede ver al despertar cada mañana.
Y con un cuerpo que me excita..

—Sí, claro —¿un corazón podía estallar de felicidad? Nattawin esperaba que no—. Eso no fue lo que dijiste ayer. Tus palabras exactas fueron: «Estate quieto o harás que llegue tarde por tercer día consecutivo».

---Yo  no tengo la culpa que mi Esposito no pueda sacar las manos de encima de mi.

—Sí —su marido rio—. Y, si no recuerdo mal, no te estuviste quieta y tuve que cojerte dos veces corrida...

—Lo siento —Natt se encogió de hombros—. Eso es lo que pasa cuando traes a una chico Doncel con cuerpo femenino a Aruba y luego insistes en trabajar todo el tiempo.

A Nattawin le gustaba creer que había sido el destino el que había enviado a mile a ese lugar para la siguiente misión, el mismo lugar que habían elegido para la luna de miel tres años atrás.

—Es mi trabajo —contestó él sin inmutarse—. Tú me animaste a retomarlo lo más rápido posible. A mí no me apetecía. Yo quería tomarme algún tiempo libre, pero estabas preocupado por si Sand & Surf Resort anulaba el contrato. Y era cierto, El día después de la exposición, mile y Natt se habían casado en una boda de verdad en la playa de Grace Bay.  Sin anillos, invitados ni fanfarria,
Pero con mucho amor y desesperado deseo por unirse en matrimonio.  Había sido lo más romántico que le
hubiera sucedido jamás Y Natt le había recompensado con creces insistiendo en que debía comenzar cuanto antes en el siguiente complejo turístico. Lo había hecho porque él amaba su trabajo y Nattawin lo amaba a él. Y cuando ese trabajo prometía llevarlo a recorrer quince versiones
diferentes del paraíso durante dos años, era difícil poner objeciones.

—Sí, el contrato. Ese fue el motivo —natt lo besó y le dio un empujón—. Vete a trabajar oh no respondo yo tampoco Mile ..

—Procura estar desnudo cuando regrese Natt —mile sonrió

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—Procura estar desnudo cuando regrese Natt —mile sonrió. Y le  devolvió el besó ..

 Y le  devolvió el besó

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Tres años Después Donde viven las historias. Descúbrelo ahora