IX

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Pasaron siete años desde el nacimiento de Lucerys, y Kings Landing había visto crecer a la siguiente generación de Targaryens. Jacaerys, ahora de ocho años, se había convertido en un joven valiente y decidido. Su dragón, Vermax, reflejaba su espíritu audaz y ambos se aventuraban juntos por los cielos, forjando un vínculo inseparable.

Lucerys, de siete años, seguía a su hermano mayor con admiración y también tenía su propio dragón, Arrax. Aunque más tranquilo que Jacaerys, Lucerys mostraba una inteligencia aguda y una habilidad natural para el liderazgo. Los dos hermanos compartían una camaradería profunda, aunque sus personalidades contrastaban.

Visenya, la primera hija de Rhaegar y Corlys, tenía seis años. Su dragón, Onyx, era de un negro brillante, y su conexión con Visenya era profunda y mágica. A pesar de su corta edad, Visenya mostraba un carácter fuerte y una determinación que la destacaba. Era evidente que la sangre de los Targaryen y los Velaryon fluía con fuerza en ella.

Rhaegar, ahora esperando a su cuarto bebé, se movía con la gracia y la majestuosidad de un verdadero príncipe. Su embarazo era motivo de gran anticipación en Kings Landing, y todos esperaban con entusiasmo la llegada del nuevo miembro de la familia. A su lado, Laenor y Corlys Velaryon compartían la responsabilidad y el orgullo de la creciente dinastía.

Sin embargo, no todo era armonía en el reino. La relación entre los hijos de Rhaegar y los hijos de Alicent Hightower y el rey Viserys estaba llena de tensiones. Aegon, Aemond y Helaena, los hijos de Alicent, se llevaban mal con Jacaerys, Lucerys y Visenya. La rivalidad entre las dos ramas de la familia real era palpable, y los enfrentamientos eran frecuentes.

Jacaerys y Aegon, siendo los mayores, competían constantemente, tanto en habilidades de combate como en el manejo de sus dragones. Vermax y Sunfyre, el dragón dorado de Aegon, reflejaban la rivalidad de sus jinetes con choques y desafíos en el aire. Estos enfrentamientos preocupaban a los adultos, quienes temían que las disputas se volvieran aún más serias con el tiempo.

Lucerys y Aemond, aunque más jóvenes, también tenían sus propios conflictos. Aemond, que aún no tenía su propio dragón, envidiaba a Lucerys por su conexión con Arrax. Esta envidia alimentaba una tensión que a menudo estallaba en disputas y riñas. Helaena, por otro lado, tenía una naturaleza más reservada, pero eso no impedía que las diferencias entre ella y Visenya se manifestaran en sus interacciones diarias.

Los días en Kings Landing eran a menudo interrumpidos por las disputas entre los niños. Rhaegar, a pesar de su estado, intentaba mediar y mantener la paz, recordando a sus hijos la importancia de la unidad familiar. Laenor y Corlys también intervenían cuando era necesario, tratando de enseñar a los jóvenes el valor de la lealtad y el respeto.

Una tarde, mientras los niños practicaban con sus dragones en pozo dragón, una disputa particularmente intensa estalló entre Jacaerys y Aegon. Las palabras se volvieron gritos, y los gritos se convirtieron en un duelo aéreo. Vermax y Sunfyre rugieron en el cielo, sus sombras proyectándose sobre el mar embravecido.

Rhaegar, observando desde una distancia segura, sintió una punzada de preocupación. A pesar de su embarazo avanzado, montó a su propio dragona, Valkyria, y se elevó hacia el conflicto. Con una presencia imponente, se interpuso entre los dos dragones jóvenes, separándolos con autoridad. "¡Basta!", gritó Rhaegar, su voz resonando sobre el rugido del viento y las olas. "Esta rivalidad debe terminar. Somos familia, y debemos comportarnos como tal."

Aegon y Jacaerys, jadeando por el esfuerzo, miraron a Rhaegar con respeto y temor. Lentamente, ambos descendieron, llevando a sus dragones a tierra. La tensión en el aire se disipó, pero el incidente dejó claro que las rivalidades y resentimientos no se resolverían fácilmente.

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