Los días pasaron en Kings Landing y Rhaegar estaba cursando su cuarto embarazo pero recordó el nacimiento de su hija más pequeña la princesa Visenya y como no quería que su próximo bebé pasara por lo mismo.
El día había llegado. Rhaegar Targaryen estaba exhausto, pero feliz, mientras miraba a su recién nacida hija, Visenya. La habitación estaba llena de una mezcla de alivio y alegría, con Laenor Velaryon sosteniendo con cuidado a la pequeña en sus brazos. Los susurros de las parteras y las sonrisas de los presentes añadían un toque de tranquilidad al momento.
Sin embargo, esta calma se rompió abruptamente cuando una dama de compañía de la reina Alicent entró en la habitación con una expresión tensa. "Mi príncipe," dijo, su voz temblando ligeramente, "la reina exige ver a la bebé de inmediato."
Rhaegar levantó la vista, su rostro se transformó en una máscara de enojo. "¿Qué quiere ahora la reina?" murmuró entre dientes, su mirada se endureció. "No le debo nada. Mi hija no será usada como peón en sus juegos de poder."
La dama de compañía, consciente del peligro que implicaba contrariar a la reina, bajó la mirada y retrocedió un paso. "Sólo estoy siguiendo órdenes, mi príncipe," susurró.
Rhaegar tomó una decisión rápidamente. "Laenor, cuida a Visenya. No permitas que nadie la toque."
Con una determinación feroz, Rhaegar salió de la habitación y se dirigió hacia los aposentos de la reina. La Fortaleza Roja, con sus pasillos oscuros y resonantes, amplificaba cada uno de sus pasos. La tensión crecía con cada paso que daban.
Llegaron a los aposentos de la reina, donde Alicent los esperaba con una expresión fría y calculadora. "¿Qué es esto, Rhaegar?" exigió la reina, su voz gélida. "Sólo quería asegurarme de que la niña estuviera bien. Como madre, debería comprenderlo."
"¿De verdad esperas que crea eso?" replicó Rhaegar con furia. "No es más que otro intento de desacreditarme y a mis hijos. No permitiré que uses a Visenya para tus juegos sucios."
Alicent alzó una ceja, su expresión se volvió más dura. "Como reina, tengo derecho a preocuparme por la línea de sucesión. Debemos asegurarnos de que todo sea legítimo."
La habitación se llenó de tensión apenas Rhaegar y Alicent se encontraron cara a cara. La reina, con su postura erguida y su mirada fría, parecía encarnar la autoridad misma. Sin embargo, Rhaegar no estaba dispuesto a ceder ni un centímetro. Este enfrentamiento era inevitable, y la furia contenida de ambos lados estaba a punto de desbordarse.
"¿Qué pretendes, Alicent?" Rhaegar comenzó, su voz temblando de ira. "¿No te basta con insinuar que mis hijos son bastardos? ¿Ahora tienes que ver a mi recién nacida, minutos después de su nacimiento?"
Alicent levantó la barbilla, sus ojos verdes destellando con una mezcla de desafío y desprecio. "Como reina, es mi deber asegurarme de que la línea de sucesión sea clara y sin manchas. No puedes esperar que me quede de brazos cruzados mientras la corte murmura sobre la legitimidad de tus hijos."
Rhaegar avanzó un paso, su rostro a escasos centímetros del de Alicent. "¡Mis hijos son tan legítimos como los tuyos! No permitiré que sigas difundiendo esas mentiras. ¡No tienes derecho a ver a Visenya!"
Alicent no retrocedió. Al contrario, sus ojos se estrecharon en una expresión de pura determinación. "Tengo todo el derecho, Rhaegar. Soy la reina, y es mi deber velar por la pureza del linaje real. Si no tienes nada que esconder, no deberías temer mostrarme a la niña."
Rhaegar apretó los puños, sintiendo cómo la ira lo consumía. "Esto no es sobre deberes ni linaje. Es sobre tu odio y tus celos. No soportas ver a mi familia prosperar."

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Dragón Blood
Fanfiction"What happens in Dragonstone stays in Dragonstone" "Where Rhaegar desires the twin Rhaenyra but also desires her uncle Daemon and her husband's father, Corlys." Daemon Targaryen x Male Oc Rhaenyra Targaryen x Male Oc Corlys Velaryon x Male oc