Rhaegar estaba en la sala de sus aposentos privados, sumido en una calma aparente que solo enmascaraba el torbellino de emociones que lo carcomían por dentro. La Fortaleza Roja estaba en silencio, pero el silencio no traía la paz que solía acompañar las noches en su juventud. En lugar de eso, era un recordatorio constante de la ausencia de aquellos que había perdido, de la muerte injusta de Morgana y de la traición que había asolado a su familia.
A pesar del tiempo que había pasado desde que encontró el cuerpo sin vida de Morgana, la furia no había disminuido. En realidad, había crecido, se había consolidado en su interior como un fuego que no podía apagar. La imagen de su amiga, su leal compañera, envuelta en mantas ensangrentadas, yaciendo sin vida en el suelo del salón del trono, lo atormentaba cada vez que cerraba los ojos. Su mente se aferraba a esa imagen, avivando la llama de su odio hacia Aegon y todos aquellos que lo habían apoyado en sus maquinaciones.
Rhaegar había pasado incontables noches como esta, despierto, con su mente ardiendo de pensamientos de venganza. Sabía que Aegon, el usurpador, se escondía en algún lugar, acobardado como la serpiente que era. Lo imaginaba lisiado, medio muerto por las heridas que había sufrido, refugiado en una cueva oscura como el villano cobarde que había demostrado ser. Pero eso no era suficiente. Aegon no merecía una muerte rápida o la simple miseria de la huida. No. Merecía sufrir, sentir el mismo dolor que él había sentido al ver a su amiga muerta en sus brazos.
Los pensamientos de Rhaegar se volvían más oscuros con cada latido de su corazón. No era suficiente simplemente matarlo; tenía que hacerlo con sus propias manos. Tenía que ver el miedo en los ojos de Aegon, tenía que escuchar sus súplicas, su desesperación, antes de infligir el golpe final. Esta era la única forma en que la furia que lo devoraba podría apaciguarse, aunque fuera por un momento.
El rey cerró los ojos e inhaló profundamente, intentando calmarse, pero la furia no le permitía descanso. Los recuerdos lo asaltaban: Morgana, siempre fiel, luchando hasta el último momento. La lealtad de sus amigos, la traición de sus enemigos. La sangre, siempre la sangre. Su mente regresaba a la imagen de Aegon, lisiado, sin poder caminar, sin poder defenderse. Lo imaginaba gritando de dolor, arrastrándose por el suelo mientras suplicaba por su vida. Lo imaginaba sufriendo el tormento de ser destruido lentamente, despojado de todo lo que una vez consideró suyo. Rhaegar ansiaba verlo reducido a nada, solo un fragmento del hombre que una vez fue.
Sin embargo, Rhaegar sabía que no podía apresurarse. Sabía que la venganza, para ser dulce, debía ser cuidadosamente planificada. No podía arriesgarse a perder esta oportunidad. Tenía que esperar, tenía que ser paciente. Cada movimiento debía ser calculado, cada paso cuidadosamente medido. No importaba cuánto lo deseaba, no podía actuar de inmediato. Aegon sería capturado, y solo entonces, cuando estuviera a su merced, Rhaegar podría desatar la tormenta de su furia.
La paciencia, sin embargo, era un arma de doble filo. Cada día que pasaba, cada noche sin dormir, solo alimentaba su odio. Cada carta sin respuesta de sus aliados, cada rumor sobre el paradero de Aegon, aumentaba su impaciencia. Pero Rhaegar no permitiría que esos sentimientos lo dominaran. La venganza, cuando finalmente llegara, sería implacable. Pero debía esperar.
La voz de Daemon rompió el silencio, trayendo a Rhaegar de regreso a la realidad. Su esposo había estado observándolo en silencio, sus ojos reflejaban la misma ira, la misma sed de justicia. "Debes descansar, Rhaegar," dijo Daemon con suavidad, pero su tono era firme. "No podemos permitirnos el lujo de perder la cabeza en este momento. La venganza llegará a su debido tiempo."
Rhaegar lo miró, sus ojos oscuros y llenos de una determinación feroz. "No puedo descansar, Daemon. No hasta que Aegon esté muerto. No hasta que haya pagado por lo que hizo."
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Dragón Blood
Fanfiction"What happens in Dragonstone stays in Dragonstone" "Where Rhaegar desires the twin Rhaenyra but also desires her uncle Daemon and her husband's father, Corlys." Daemon Targaryen x Male Oc Rhaenyra Targaryen x Male Oc Corlys Velaryon x Male oc