Capítulo 29: Despedida amarga

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Perspectiva de Kenta:

Decidido a socorrer a mis amigos, me preparé para dirigirme hacia donde se encontraban, pero una voz a mis espaldas me detuvo en seco.

Voz del encapuchado enmascarado: "Muy bien, exiliado del clan Ragnarok. No es de extrañar que fueras su mejor espadachín." La risa malévola que acompañaba esas palabras llenaba el aire, cargada de malicia.

Me giré rápidamente para encontrarme con el encapuchado enmascarado que una vez más cruzaba nuestro camino. Sabía que era peligroso y que no debía perder el tiempo. Mis amigos necesitaban ayuda y no podía permitir que este individuo nos detuviera.

Kenta: ¿Qué quieres? ¿Por qué nos has estado siguiendo y observando?

El encapuchado enmascarado respondió con una risa burlona y evasiva, insinuando más de lo que revelaba.

Encapuchado enmascarado: "¿Qué quiero? Oh, eso es sencillo, chico del clan Ragnarok. Quiero esa reliquia. Quiero poder."

Kenta: ¿Qué te hace pensar que te permitiré obtenerla?

Encapuchado enmascarado: "No estoy pidiendo tu permiso, chico. No estarás vivo para cuando me haga con ella."

Sin más preámbulos, nos lanzamos uno contra el otro, nuestras espadas chocando en un enfrentamiento lleno de ferocidad y determinación. La pelea se prolongó, cada uno intentando superar al otro en habilidad y fuerza.

El encapuchado enmascarado lanzó su ataque característico, "Dākuāto: Yami no uzu (Arte Oscuro: Vórtice Oscuro)," desencadenando una aura negra que envolvía su espada. Respondí con un movimiento rápido, ejecutando mi propio ataque, "Nitōryū: Tengoku no katto (Corte celestial)," en un intento por contrarrestarlo.

El choque de nuestros ataques creó una onda de choque que retumbó en la cueva, desprendiendo rayos oscuros y plateados. A pesar de mis esfuerzos, el encapuchado enmascarado se mostraba formidable, esquivando y defendiendo mis ataques con maestría.

Sin embargo, no iba a rendirme. Con determinación, lancé mi siguiente ataque, "Nitōryū: Kako no kizuna, gensō no jidai (Lazos del pasado, una era de fantasía)," desatando una serie de cortes rápidos y precisos. El encapuchado enmascarado apenas pudo defenderse, resultando herido por uno de mis golpes.

Encapuchado enmascarado: "Vaya, parece que eres mejor de lo que pensaba."

Sus palabras apenas habían terminado cuando reanudamos nuestro enfrentamiento, intercambiando rápidamente una serie de ataques. Después de un tiempo, nos apartamos para recuperar el aliento, pero antes de que pudiéramos lanzarnos de nuevo, escuché una voz apagada acercándose.

Kohana: Voz apagada Kenta...

Al volver la mirada, vi a Kohana acercándose lentamente, con un gesto de preocupación. Pero lo que me impactó fue la falta de su brazo izquierdo.

Antes de que pudiera reaccionar, el encapuchado enmascarado atacó de nuevo. Logré esquivar su golpe, pero fui lanzado hacia atrás. Cuando intenté levantarme, vi cómo el encapuchado enmascarado atravesaba el corazón de mi amigo Kenzo.

Kenzo: "Sabes que no puedes distraerte en una batalla, Kenta..."

Sus palabras resonaron en mi mente mientras caía de rodillas junto a su cuerpo sin vida.

Kenta: Kenzo... No... Grito de desesperación

El encapuchado enmascarado se alejó, dejando tras de sí un rastro de destrucción y dolor. Con el corazón destrozado y lleno de odio, apreté con fuerza mi espada, prometiendo vengar a mis amigos caídos.

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