Capítulo 13: La Batalla en el Bosque

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El bosque estaba envuelto en una oscuridad profunda cuando Koemi y sus amigas se vieron rodeadas por las figuras enmascaradas. Con rapidez y determinación, Koemi dio instrucciones a sus compañeras.

"¡Rápido! ¡Dispersémonos por el bosque!", ordenó Koemi en un susurro urgente. "Koko, Kiyomi, Yûko, cada una persigue a dos figuras enmascaradas y trata de perderlas en el bosque. Yo me encargaré de estas cuatro."

Koko, Kiyomi y Yûko asintieron con determinación y se separaron en diferentes direcciones, desapareciendo entre los árboles mientras las figuras enmascaradas las seguían de cerca.

Mientras tanto, Koemi se preparaba para enfrentarse a las cuatro figuras enmascaradas que se le acercaban con paso seguro. Con su katana en mano, adoptó una postura defensiva, lista para el combate que se avecinaba.

Las figuras enmascaradas se acercaron lentamente, sus movimientos silenciosos y calculados revelaban una destreza en el combate que no se debía subestimar. Koemi los observaba con atención, buscando cualquier indicio de debilidad o patrón en sus movimientos.

"¿Quiénes son ustedes y qué quieren del clan Tártaro?", preguntó Koemi con voz firme, pero las figuras enmascaradas permanecieron en silencio, avanzando sin decir una palabra.

Sin más tiempo que perder, Koemi se lanzó al ataque, su katana cortando el aire con precisión mortal. La batalla era intensa y frenética, con Koemi luchando contra las cuatro figuras enmascaradas con toda su habilidad y determinación.

Cada movimiento era una danza mortal, con Koemi esquivando los golpes de sus oponentes y contraatacando con rapidez y precisión. A pesar de estar en clara desventaja numérica, no mostraba signos de retroceso, enfrentando a sus adversarios con valentía y determinación.

"¡No tendrán éxito en su intento de dañar a nuestro clan!", gritó Koemi, su voz resonando en la oscuridad del bosque mientras continuaba luchando contra las figuras enmascaradas.

Los enmascarados, por su parte, parecían determinados a derrotar a Koemi a toda costa. Sus ataques eran feroces y coordinados, probando la habilidad y resistencia de Koemi en cada momento.

La batalla se prolongó, con Koemi luchando contra las figuras enmascaradas con todas sus fuerzas. A pesar del cansancio que comenzaba a acumularse en sus músculos, no mostraba signos de retroceso, enfrentando a sus oponentes con una determinación feroz.

Pero entonces, justo cuando parecía que estaba siendo abrumada, Koemi encontró una abertura en la defensa de sus oponentes. Con un rápido movimiento, aprovechó la oportunidad y lanzó un ataque certero que derribó a uno de los enmascarados.

"¡Ahora!", gritó Koemi, renovando su determinación mientras se lanzaba al contraataque con renovada ferocidad.

Los enmascarados se vieron momentáneamente sorprendidos por la ferocidad de Koemi, lo que le permitió desviar su atención lo suficiente como para derribar al último de sus oponentes.

Con la batalla terminada y la victoria asegurada, Koemi se tomó un momento para recuperar el aliento, su corazón latiendo con la emoción de la lucha. Miró a su alrededor, buscando a sus amigas y esperando que hubieran tenido éxito en sus propias batallas.

Perspectiva de Koko:

Koko se encontraba en un claro del bosque, rodeada por las dos figuras enmascaradas que la habían seguido desde la fogata. Con la espalda erguida y los ojos fijos en sus enemigos, se preparó para el enfrentamiento que se avecinaba.

"¿Quiénes son ustedes y qué quieren del clan Tártaro?", preguntó Koko con determinación, buscando respuestas antes de que comenzara la lucha.

Las figuras enmascaradas no respondieron, simplemente avanzaron con paso firme hacia ella, armadas y listas para el combate. Koko apretó los puños con determinación, lista para defenderse y proteger a su clan.

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