XV

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Nota de autora: arriba dejo lo que considero mi canción Chestappen. Parte de la inspiración de esta historia.







Fue difícil para Max dejar a Checo en donde se estaba hospedando.

No quería alejarse de él.

No después de aquella tarde tan extraordinaria que habían pasado.

Verlo sonreír bajo el sol.

Verlo ir y venir sobre su caballo.

Verlo comer de una manera tan deliciosa.

Ver aquellos ojos oscuros perdiéndose en los suyos.

¿Y si Sergio sentía algo también como él lo estaba sintiendo?

Si él simplemente diera una señal.

A Max se le aceleraba el corazón tan solo de pensar en lo que podía suceder.

Y no sabía si eso era bueno o era malo.

Pero de una cosa si estaba seguro. Y es que le gustaba la manera en que Checo lo hacía sentir. Aunque también le aterraba la facilidad que tenía él de derribar cada muro alzado a su alrededor. Esos muros tenían cimientos bastante sólidos.

"Y aún así ,él, lograba derribarlos con una simple acción"

Le dijo su subconsciente señalando lo obvio.

Definitivamente Sergio Pérez era algo que Max quería descubrir.

Cuando estacionó su auto. El resplandeciente humor que había tenido durante todo el día se esfumó en un segundo.

Joss Verstappen había llegado. Y no solo. Se tomó el atrevimiento de llevar consigo a la mujer que no tolera y a toda su comitiva.

La furia comenzó a crecer en tonalidades negruzcas dentro de él. Sus manos se hicieron puños y en definitiva iba a hacer algo para remediar aquel desastre.

Entró dando un portazo a lo que las personas dentro reaccionaron.

—Max —su padre le llamó.

Pero Max no hizo caso. Continuó caminando hasta las escaleras sin mirar atrás.

Solo tenía en mente un cosa.

Una sola cosa.

—¡Max! —Joss volvió a atacar. Sin embargo todo se volvió inútil cuando su hijo logró llegar a su habitación y cerrarla con pestillo.

Max se recargó en la puerta de espaldas. Cerró momentáneamente los ojos. Respiró profundo tratando de contener la lava que ya cubría todo su sistema. Las inmensas ganas de sacar a todos aquellos intrusos de su casa lo carcomian entero.

<<Esas personas no podían opacar el resplandor que Checo había dejado por todo el lugar>>

Se dijo Max a sí mismo encontrando en aquel pensamiento cierto alivio a su tensión.

—Tengo buenas noticias hijo. aséate y baja que tus futuros suegros te esperan desde medio día —dijo Joss dando pequeños toques a la puerta.

Cuando escucho los pasos de su padre alejarse Max por fin se animó a abrir los ojos. La vista de la ropa colgando en la silla frente a él le dio un vuelco al corazón. Le recordaba que la magia de su compañero era real. Que no había soñado aquella libertad que instantes antes había estado dentro de él.

Camino lento sopesando lo que quería hacer. Tomó las prendas que ya se encontraban secas y...

Se detuvo, lo meditó mejor y doblo aquello para después meterlo en la mesilla cerca de su cama.

SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora