XVIII

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Checo y Lewis habían quedado en ir a cenar a un lujoso restaurante en las afueras de Mónaco. Ambos pilotos junto con algunos otros habían llegado con antelación debido a que la carrera siguiente se celebraría en aquel emblematico circuito.

Aún con todo el lujo rodeadolo Checo se sentía inquieto ya que no había podido ver a Max desde la premiación. Lo buscó por todo el paddock y en las oficinas y terminó por rendirse. Le preguntó a medio mundo dentro del hospitality de Red Bull y nadie podía darle información contundente.

Incluso se fue al aeropuerto para buscar el avión privado de Max cosa que fue en vano. No cabía duda de que cuando Max decidía dejar de ser el centro de atención lo lograba. Se escurría entre las sombras para pasar desapercibido.

La incertidumbre de no saber su paradero lo mantenía un tanto distraído. A pesar de que se estaba obligando a parecer feliz no lograba dar una buena sonrisa al cien por ciento.

No saber de Max lo estaba alterando. Y pensar que el beso lanzado haya tenido mucho que ver en ese comportamiento distante que el nerlandes había tenido con él en la última carrera le ponía los nervios de punta.

<<Debo disculparme con él>>

<<Y debo dejar de imaginar cosas que realmente no están sucediendo. Él es una persona comprometida>>

Pensó Checo mientras acomodaba su chaqueta ligera y se encaminaba al encuentro con Lewis.

Hamilton había sido gran apoyo para Checo dentro del paddock. Se había mantenido a su favor aún cuando todo el mundo estuviera en contra. Era un buen amigo. Checo había logrado tener buena relación con él y lo sentía una persona cercana.

La cena fue en un lugar muy exclusivo en el último piso de un edificio con vistas al mar calmo de Mónaco. Charles se los había recomendado ya que el era el local en aquella ocasión.

El sitio era impresionante, las luces del lugar tenues le daban ese toque sofisticado y refinado. Las flores delicadas colgadas de entre hermosos candelabros de cristal. Pequeñas velas adornaban las finas mesas de madera de roble y los asientos de fino terciopelo color púrpura.

Checo había llegado con anticipación ya que no podía permanecer más tiempo en su habitación sin que los recuerdos de Max lo invadieran dejándole esa sensación de un hueco en el pecho.

<<Definitivamente Max no siente lo mismo>>

Se repitió varias veces antes de ponerle fin a sus caóticas emociones.

Sentado en la barra del lugar tomaba una copa de champagne mientras trataba de mandar a volar el remolino de dudas y pensamientos dirigidos a unos ojos azules  que ya comenzaba a extrañar.

<<En donde te metiste Verstappen>>

<<Podría ser sincero contigo y mostrarte lo que realmente siento>>

Pensaba Checo mientras distraído giraba su copa sin percatarse de que era observado desde un rincón. Esa mirada repasaba cada parte de Sergio. Sus pantalones color crema y la manera en que se le ceñían a las torneadas piernas y esa chaqueta café que caía con soltura por su ancho tórax sin olvidar los dedos largos que arrastraban las ligeras gotas de la copa provocando reacciones indebidas en quien lo observaba a la lejanía. 

El cabello de Checo se movía ligeramente debido a la brisa que se filtraba por una ventana no muy lejos de donde se encontraba. Las pequeñas marquitas en su rostro que brillaban como besos de sol sobre él.

En ese momento quien lo miraba sintió algo pesado en el estómago y una inmensa sed. Se removió incómodo y rompió el contacto visual brevemente para evitar un bochorno.

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