Capítulo 17

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"Es extraño cómo un momento tan perfecto puede desvanecerse tan rápido, dejándome aquí con el eco de sus gemidos y el sabor de su beso en mis labios

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"Es extraño cómo un momento tan perfecto puede desvanecerse tan rápido, dejándome aquí con el eco de sus gemidos y el sabor de su beso en mis labios.".-Harley

-Harley

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Harley

Me quedé mirando la pequeña hoja, contemplando la letra de Aria. Todo el calentón que me había dado bajó, primero, por la llamada de Stacy para ir a cenar, para mi sorpresa se le dije que no podía, que quería estudiar. Era en cierta mentira, quería pasar la tarde con Aria, quizás retomaría lo que habíamos dejado, pero, al ver que se había ido, me dejé caer en la cama. Tumbada, me vino el olor a Aria y maldije.

Todo había sido tan rápido, y tan maravilloso. Sus labios contra los míos, su cuerpo que se retorcía ante mis caricias y sus gemidas... ¡Joder sus gemidos! Había sido como música para mis oídos, había sido una deliciosa tortura, pero ya no estaba.

Es extraño cuando vives un momento tan estupendo y de un momento a otro todo se va a la mierda, sin comerlo ni beberlo. Me eché la culpa a mí misma, fue mi culpa, si no hubiera cogido el teléfono, posiblemente, en estos momentos, estaría tumbada con Aria, desnuda.

Seguramente le hubiera acariciado el cabello y le hubiera susurrado lo espectacular que había sido. Pero eso solo se quedaría en mi imaginación, porque Aria se había ido, Aria no estaba aquí, en la cama, desnuda, ni yo abrazándola.

Cabreada, no lo pude evitar, estampé mi puño en la almohada, asqueada de como había terminado todo, joder, quería haber disfrutado un poco más, quería ver como era cuando alcanzaba el clímax, ¿Gritaría? ¿O sería sutil? Dudas que seguramente no descubriría, pues, como he dicho, ya no estaba, se había ido a casa de Eri.

Estuve tentada a ir a la casa de su amiga, coger a Aria del brazo y arrastrarla hasta la casa, donde, podríamos hablar de lo que había pasado. Era extraño que yo estuviera pensando en eso, no solía hablar las cosas, huía, pero, al parecer, los roles habían cambiado, pues ahora la que huía en todo momento era Aria y yo era la que quería hablar las cosas.

Quizás la situación le había sobrepasado, quizás se había formulado ideas absurdas en su casa o se había sentado mal por culpa de Dante. Me gustaría saberlo, me gustaría decirle que si había hecho eso era porque quería, porque me apetecía.

Perdona Si Te Llamo Amor-Primer Libro De La Saga: Perdona Si Me Enamoro-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora