"En la intimidad de aquel rincón, nuestras miradas se encontraron y el mundo desapareció. Sin necesidad de palabras, supe que nuestro verdadero concierto estaba aquí, en la melodía silenciosa de nuestros corazones latiendo al unísono".-Harley
Harley
Siempre he deseado tocar en algún escenario, aunque fuera pequeño. Ver a las personas moviéndose al compás de los acordes que resonaba con fuerza, emitiendo todo lo que sentía, haciendo vibrar el lugar. Nunca nos atrevimos hacer eso, nos conformábamos con ensayar en nuestro pequeño rincón sin molestar a nadie, pero, sabíamos que debíamos dar el paso. No éramos las mejores, pero tampoco éramos las peores, nos coordinábamos bien, y poseíamos las ganas irrefrenables de llevar nuestra música a todos lados. Por eso, cuando Esmeralda nos comentó que había un pequeño local que haría una especie de concurso de talentos, no dudamos en presentarnos.
Era la primera vez que lo hacíamos. Se nos había dado la oportunidad en incontables veces, pero, por el miedo a hacer el ridículo, nunca nos atrevimos a dar el paso. El hombre sonrió al ver lo decididas que estábamos en realizar nuestra actuación. Nos comentó que podía traernos lo que necesitáramos, pero, nosotras, le dijimos que traeríamos nuestros propios instrumentos, ya que, sin duda, estábamos más familiarizados con ellos. Él no puso pegas, así que, saliendo del local con una gran sensación en el pecho, nos fuimos a tomar algo para celebrarlo.
La tensión era más que evidente entre Stacy y yo. Mis compañeras los notaban, pero no decían nada, cosa que agradecía. Estábamos en una pequeña cafetería no muy lejos de nuestro pueblo, para mi sorpresa, me quedé perpleja a ver a Eri y Cole allí. Los dos iban con uniformes de la cafetería, y eso me creo cierta curiosidad. Esmeralda empezó a suspirar al ver a Eri, como si fuera lo más bello que había visto, cosa que logró que me riera un poco, algo que sorprendió a todas.
Eso me hizo sentir incómoda. Rara vez me reía cuando estaba con ellas, la mayoría de mis risas se las había llevado Aria, bueno, como todo en general, pero, no me había dado cuenta de que, un gesto como el reír podía hacer que las personas cambiaran su perspectiva de ti, quizás porque te veía más humanas, más alcanzable para poder entablar conversación con dicha persona. Me coloqué mi máscara, esa que ya se me había olvidado usar. Estaba tan acostumbrada a ser yo misma con Aria que no me daba cuenta de lo difícil que era aparentar algo que no eras. Es como si fueras un actor y estuvieras haciendo el papel de tu vida.
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Perdona Si Te Llamo Amor-Primer Libro De La Saga: Perdona Si Me Enamoro-
RomanceAria siempre ha sido una chica risueña y alegre, capaz de encontrar el lado divertido de cualquier situación. Pero su optimismo es puesto a prueba cuando su madre decide mudarse con su nueva pareja. Ahora, Aria se enfrenta a un desafío mayor: adapta...