Aria siempre ha sido una chica risueña y alegre, capaz de encontrar el lado divertido de cualquier situación. Pero su optimismo es puesto a prueba cuando su madre decide mudarse con su nueva pareja. Ahora, Aria se enfrenta a un desafío mayor: adapta...
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"Entre la lluvia y las risas, descubrimos que la complicidad puede ser tan refrescante como una tormenta de verano.".-Aria
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Aria
¿Sabéis lo que significa la magia de las palabras? Es algo curioso, algo inexplicable. La magia de las palabras las defino como, un cálido sople de aire, una sensación de paz y armonía, de felicidad. Lo que me había dicho Harley había sido, magia en sus palabras. Quizás porque era ella. Harley era una persona bastante reservada, no conmigo, más bien con el mundo. Cuando hablaba conmigo no se guardaba nada dentro, me lo decía, expulsaba todo lo que tenía dentro, sus demonios, sus sentimientos.
Harley era muchas cosas, pero, sin duda, lo que definiría en una palabra a ella sería: "un alma rota" Harley tenía el alma en mil pedazos. La podía imaginar rebuscando en el suelo, cogiendo con sumo cuidado los pedazos, pegándolos para que, de nuevo, su corazón vuelva a funcionar. Cuando me contó lo que le dijo Stacy tuve el impulso de ir a su casa y arrancarle de los pelos. Era un ser despreciable, una infeliz que, como no sabía ser feliz, hacía que los demás estuvieran mal, que estuvieran tan hundidos como ella.
A pesar de eso, Harley abandonó el recoger sus pedazos y se apresuró a por los trozos de Stacy, los intentó arreglar, pero, en un soplido, Stacy lo había desperdigado de nuevo. No entendía como Harley estaba tan cegada por ella, como el amor es así, aguantas, sufres y aun así, sigues con esa persona.
No todos los amores son así, quiero pensar, me negaba a que, si en un futuro me llegaba a enamorar de Dante, me pasara eso, darle mis pedazos y que lo desperdiciara, o peor, coger sus trozos con cariño para que él lo destruya con un solo toque.
Me da rabia, me asquea, había visto como Harley había llorado, me había contado todo entre sollozos, como se fue de la casa y se empapó, di gracias a que estuve en mi descanso y pude ir por ella. No quería que estuviera sola, le había dado mi apoyo en estos días.
Estaba en la cocina, haciendo el desayuno, sumida en mis pensamientos, ajena a todo lo que estaba pasando. Al poco, sonidos de pasos hicieron que me girara lentamente. Tuve que ahogar un grito al ver el aspecto de Harley. El cabello revuelto, los ojos con ojeras e hinchados y con el pijama de hace dos días, uno de los míos. No le pegaba, sin duda, el color rosa no era su color. Veía que andaba como un alma en pena y parte de mí, sintió como mi corazón se hacía añicos al verle en ese estado.
