Aria siempre ha sido una chica risueña y alegre, capaz de encontrar el lado divertido de cualquier situación. Pero su optimismo es puesto a prueba cuando su madre decide mudarse con su nueva pareja. Ahora, Aria se enfrenta a un desafío mayor: adapta...
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"Harley y su vampira hacen una pareja... interesante. Son como una versión de 'Crepúsculo' pero con más drama y menos brillo".-Aria
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Me miré nuevamente en el espejo para asegurarme de que me gustaba mi aspecto. Había llegado a un punto en mi vida en el que ya no me importaba lo que dijeran los demás. Sabía que mi vestimenta era demasiado colorida en comparación con la mayoría en el instituto. Era la "loca del rosa", lo admito, pero me encantaba. Esta vez había optado por unos vaqueros blancos y una camiseta rosa de tirantes. Llevaba el cabello recogido en una coleta alta, sujeto por dos horquillas blancas con conejitos, algo infantil, pero me encantaba. Siempre me habían apasionado los accesorios coloridos. Mis botas también eran rosas y mi maquillaje era sutil. Una vez lista, cogí la mochila que estaba junto a la puerta de mi habitación.
Me aseguré varias veces de que Harley no estuviera en casa antes de recoger mis cosas. Lo único bueno de esta situación era que ella asistía a un instituto diferente, exclusivamente femenino, mientras que yo seguía en el mismo de siempre. Mamá se había negado rotundamente a que me cambiara, aunque ahora el trayecto era más largo, aún agradecía que no se tomara esa decisión tan radical.
Cuando llegué a la cocina, el aroma de las tortitas de mamá me hizo rugir el estómago y corrí hacia ella. Tom estaba preparando lo que identifiqué como nuestro almuerzo. Se había acordado de mi color favorito, ya que mi táper era rosa con pequeñas nubes. Sí, admito que tenía una actitud infantil, pero siempre me había dado igual.
Me acerqué a la cocina con una sonrisa, pero se desvaneció al ver a Harley y a la "vampiresa" sentadas a la mesa. Esto aumentó mis dudas; no entendía por qué Harley había insistido en que no dijera nada, cuando ella estaba desayunando tan tranquila con la intrusa de la noche anterior. No quise meterme; no me importaba; no quería que pensara que me estaba inmiscuyendo en su vida personal. Vi cómo la "vampiresa", así la llamaré de ahora en adelante, me escudriñaba de arriba abajo, como si me estuviera evaluando. Me sentí incómoda, pero no permití que lo notara. Esta era mi casa, aunque a algunas personas no les gustara, y no permitiría que nadie me hiciera sentir mal ni me juzgara sinconocerme.