ɴᴀᴍɪ, ʟᴀ ɴᴀᴠᴇɢᴀɴᴛᴇ.

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Nojiko estaba expectante, ella sabía que aquella chica pelinaraja era su hermana menor, no tenía dudas de aquello. Pero, también le intrigaba el cómo Nami había acabado en aquella tripulación y que era lo que había pasado con exactitud para que decidiera irse con ellos.

Aunque no podía negar que se alegraba por ella, parecía que estaba recorriendo su camino para conseguir su sueño.

¡Y en la tripulación del Rey de los piratas!

Tenía sentimientos encontrados en ese asunto, pero, Nami parecía especialmente leal al capitán, había estado en momentos cruciales, como en el asalto de Enies Lobby o el rescate del tal Sanji.

Y aquello no era cosa de chiste, eran situaciones peligrosas. Y Nami siempre aparecía al lado del capitán, apoyándolo o acompañándolo.

Lo que le llevaba a pensar que se había vuelto más fuerte e intrépida, más de lo que ya era. Y que el capitán había ganado su lealtad de una forma u otra.

Solo esperaba que la lealtad de Nami se debiera por buenas razones y que no se pareciera en nada a la supuesta lealtad que tenía su hermana hacia Arlong.

Un enfrentamiento entre Marines y piratas se hizo presente. La lucha era bajo una tormenta y una Marine pelirroja destacaba entre todos.

Nami se sobresalto al ver a su madre, ¿Qué demonios significaba aquello? ¿Acaso Nojiko había salido al mar? Algo en ella no lo creía, su hermana nunca había manifestado aquel deseo, y su madre estaba muerta.

Entonces, ¿porque demonios la mostraba?

Estaba tensa al lado de Arlong, sus pensamientos eran desalentadores y no era capaz de mostrar su verdadero ser.

Después de todo, ella era una esclava de los deseos de Arlong.

Pero lo aceptaba con tal de poder liberar a su aldea. Además, cada vez faltaba poco, pronto ella sería libre y todos los demás también lo serían.

La escena cambia, la batalla había terminado, resultando en varias muertes de ambos bandos, dejando el lugar en ruinas. La mujer pelirroja, Bellerme estaba sobre algunos escombros, evidentemente cansada y preparada para morir. “Es el fin.”

Un llanto hizo que sus ojos se abrieran poco a poco. Una niña peliazul caminaba por las ruinas mientras cargaba a un bebé. Ver aquello hizo que se parara con las pocas fuerzas que tenía, acercándose a las niñas.

¿Es tu hermana pequeña?” Dijo mientras se acercaba a las huérfanas.
La peliazul negó con la cabeza. “La encontré.” Dijo en un murmullo.
La Marine se arrodilló frente a ellas, acariciando a la bebé, quien estaba alegre pese a toda la situación. “Está riendo... No tiene ni idea de lo que ha pasado...” Murmuró mientras lloraba, ambas lloraban al ver a aquella bebé alegre.

Un reno se mostró algo perturbado, ¡Aquello era malo! ¡Tenían que verificar la salud de esas niñas antes de que sea tarde!

Genzo observó aquel encuentro, era diferente verlo que oírlo, sin duda Bellerme no había exagerado en nada cuando contó aquello…

Nami se llevó una mano a la boca para ocultar su dolor y sorpresa ¿De verdad era ella?

Arlong quien estaba a su lado apretó su hombro con furia, reteniéndola. No iba a permitir que su navegante se escapara.

—¡Finalmente es el turno de la diosa! ¡Qué hermosa es nuestra navegante de bebé! —Chillo Sanji con corazones en los ojos.

—¿Se supone que esa es una reacción normal? —Murmuró Usopp para si mismo. ¡Literalmente estaban viendo las ruinas de algun lugar!

Ikigai | One Piece WatchingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora