Desde el patio, SeokJin observaba a toda la familia trabajar sin descanso en el campo. Los movimientos coordinados y la dedicación de cada miembro de la familia le resultaban fascinantes y, a la vez, ajenos. Había una sensación de armonía en todo lo que hacían, algo que le costaba recordar haber experimentado alguna vez.
Sin embargo, su mirada pronto se centró en cierto alfa que destacaba entre todos. Jungkook parecía realizar cada tarea con una gracia y sensualidad inusuales, como si estuviera tratando de llamar la atención de SeokJin. El zorro no pudo evitar fijarse en cómo Jungkook se quitaba el sudor de la frente, arremangándose las mangas de su camisa. Los músculos de sus brazos se tensaban y las venas se marcaban visiblemente, creando una imagen que le quitaba la respiración a SeokJin.
—¿Él cree que luce atractivo?—, murmuró SeokJin para sí mismo, tratando de ignorar el repentino aumento de su ritmo cardíaco. Pero sus ojos seguían pegados a Jungkook, incapaces de apartarse. Vio cómo el alfa levantaba y transportaba sacos de fertilizante, el sudor brillando en su piel bajo el sol, cada movimiento acentuando la definición de sus músculos. SeokJin, sin darse cuenta, mordió instintivamente su labio inferior, una reacción involuntaria a la visión que tenía delante.
Jungkook, consciente de la mirada de SeokJin, sonrió para sí mismo. Había estado observándolo de reojo, notando cada pequeña reacción del zorro. Disfrutaba viendo cómo sus provocaciones estaban teniendo el efecto deseado. Había algo en la forma en que SeokJin lo miraba, una mezcla de curiosidad, deseo y confusión, que hacía que el corazón de Jungkook latiera con más fuerza.
SeokJin trató de despejar su mente, recordándose que aún no conocía realmente a Jungkook y que sus emociones eran un campo minado de incertidumbre. Pero era difícil mantener la compostura cuando el alfa parecía estar haciendo todo lo posible para captar su atención. Apretó los puños, tratando de recuperar el control de sus emociones, pero sus ojos seguían devorando cada movimiento de Jungkook.
Finalmente, Jungkook dejó de trabajar un momento y se dirigió hacia donde SeokJin estaba sentado. Su andar era seguro, con un toque de picardía en su sonrisa. —¿Te gusta lo que ves?— preguntó en tono de broma, aunque sus ojos revelaban un interés genuino por la respuesta de SeokJin.
SeokJin se sintió atrapado, su mente buscando una respuesta adecuada mientras su corazón seguía latiendo desbocado. —Solo... me sorprendió verte trabajar así,— respondió, intentando sonar indiferente.
Jungkook se rió suavemente, una risa que hizo que el estómago de SeokJin se revolviera de forma extraña. —Bueno, si necesitas algo, no dudes en pedirlo,— dijo Jungkook, su voz suave pero cargada de una promesa implícita.
SeokJin asintió, sin confiar en su voz para decir algo más. Mientras Jungkook se alejaba para continuar con su trabajo, SeokJin se quedó en el patio, tratando de procesar las emociones que aquel encuentro había despertado. Sabía que estaba empezando a sentir algo, algo que iba más allá de la simple atracción física, pero aún le costaba entenderlo. La familiaridad de aquellos sentimientos y la calidez que le brindaban eran un enigma que deseaba resolver, pero sabía que necesitaría tiempo y paciencia para desentrañar por completo.
[…]
Era una tarde cálida en el pequeño pueblo, y la reunión de vecinos estaba en pleno apogeo. Los Jeon, conocidos por su generosidad, habían traído una variedad de platos caseros para compartir. SeokJin, manteniendo su actitud distante, se sentó a un lado, observando a los demás con una mezcla de curiosidad y desapego.
—Hola,— saludó una prima de Jungkook, acercándose a él con una sonrisa.—¿Eres SeokJin, verdad?
—Sí,— respondió SeokJin cortante, sin levantar mucho la vista.
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The only reason
Fanfiction"El amor no mira con los ojos, sino con el alma." -William Shakespeare