XVII. Una noche mágica

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La tensión en la habitación era palpable después de la incómoda interrupción de la madre de Jungkook. Con gestos apresurados, Jungkook se quitó de encima de Seokjin mientras miraba a su madre con ojos avergonzados y preocupados por cómo manejar la situación. Seokjin, por otro lado, saludó con calma, sin mostrar signos de incomodidad, aunque estaba consciente del impacto que su presencia había tenido en la madre de Jungkook.

La madre de Jungkook, con una mezcla de emociones en su rostro, decidió llevar la conversación a un lugar más privado y menos comprometedor. Con gestos suaves, invitó a Jungkook a seguirle a la cocina, buscando un espacio más tranquilo para hablar.

Una vez en la cocina, la madre de Jungkook se volvió hacia él con una expresión de preocupación y confusión.

—Jungkook, ¿qué está pasando? —preguntó, manteniendo la voz baja y controlada.

Jungkook se rascó la nuca nerviosamente, sintiendo el peso de la vergüenza por haber sido sorprendido en un momento tan íntimo.

—Lo siento mucho, mamá... No esperaba que vinieras hoy —comenzó, buscando las palabras adecuadas mientras luchaba por mantener la compostura.

La madre de Jungkook suspiró suavemente, su mirada preocupada aún fija en su hijo.

—No tenia planeado venir, pero no le contestabas a nadie. Estaba preocupada por ti y... —se detuvo un momento, buscando cómo expresar sus sentimientos sin hacer que Jungkook se sintiera más incómodo— ...y ahora entiendo por qué no contestabas el teléfono.

Jungkook asintió, sintiendo un nudo en la garganta por la vergüenza y la confusión de emociones que le embargaban.

—Lo siento, mamá. No quería que vieras esto... —admitió con pesar.

La madre de Jungkook tomó su mano con ternura, buscando consolarlo.

—Jungkook, cariño... Entiendo que eres adulto y tienes tu vida privada, pero me preocupaba por ti. Si hay algo que necesitas hablar o si estás pasando por algo difícil, quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, al igual que la familia—le aseguró con cariño.

Jungkook la miró con gratitud y alivio, sintiendo el peso de la vergüenza disminuir un poco ante el apoyo sincero de su madre.

—Gracias, mamá... —susurró, sintiéndose un poco más calmado sabiendo que tenía su apoyo incondicional.

Mientras tanto, Seokjin, que había permanecido en la habitación, se sintió intranquilo por la situación. Sabía que había causado una gran sorpresa y no quería ser motivo de preocupación para la madre de Jungkook. Sin embargo, se mantuvo en silencio, esperando a que la situación se calmara antes de intentar explicar su parte en todo esto.

En la cocina, la madre de Jungkook continuó reconfortándolo, asegurándole que todo estaría bien y que podían hablar más tarde cuando él estuviera listo. Jungkook asintió, agradecido por su comprensión y apoyo, aunque sabía que habría mucho que aclarar y discutir en las horas y días venideros.

[…]

Luego de que la tensión inicial se disipó en la cocina, Seokjin salió de la habitación con cautela. Fue recibido por la madre de Jungkook con una cálida sonrisa, lo cual lo hizo sentir un poco más cómodo en esa situación tan inesperada.

—Hola —saludó Seokjin con educación, manteniendo la compostura a pesar de la incomodidad que aún flotaba en el ambiente.

La mujer asintió con una expresión amable mientras observaba a Seokjin con curiosidad y afecto.

—Así que tú eres el joven del que mi hijo me ha estado hablando —dijo, su voz resonando con una mezcla de admiración y sorpresa—. Me ha contado que le has robado el corazón.

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