XXXIX. Golpes y peleas

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Llegar a la mansión Kim había sido un desafío en sí mismo para Jungkook y Seung. Utilizando conexiones y planes meticulosamente elaborados, habían logrado burlar la seguridad perimetral, desactivar temporalmente los sistemas de alarma y llegar al lugar donde Seokjin estaba retenido. Pero el verdadero obstáculo no era la entrada física a la mansión; era convencer a Seokjin de que confiara en él nuevamente.

Seokjin se encontraba visiblemente tenso y desconfiado cuando Jungkook apareció ante él, listo para llevarlo lejos de la mansión Kim. Sin embargo, las palabras de Jungkook no parecían ser suficientes para disipar la desconfianza de Seokjin.

-¿Este es otro de tus planes? -preguntó Seokjin, su voz cargada de desilusión y dolor.

-Jinnie, te pido que confíes en mí -respondió Jungkook, consciente de que cada segundo perdido era crucial-. No puedo explicarte todo ahora, pero debemos irnos.

-Jamás confiaría en ti -afirmó Seokjin, negándose a ceder-. Lárgate.

Jungkook se mantuvo firme, decidido a no abandonar a Seokjin nuevamente. Sabía que las palabras no serían suficientes, así que decidió actuar. Se acercó lentamente a Seokjin, tratando de captar su atención.

-Mírame a los ojos y dime si crees que soy culpable -pidió Jungkook, buscando una conexión que había perdido hace tanto tiempo-. Tú lo sabes en tu corazón, Jinnie.

Seokjin desvió la mirada, luchando con sus propios pensamientos y emociones. Las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas mientras luchaba por reconciliar su lógica con sus sentimientos.

-Eres culpable -declaró Seokjin, su voz quebrada por la confusión y el dolor-. Mi lado razonable me lo dice.

-¿Y qué te dice tu corazón? ¿Qué te dice tu Omega? -insistió Jungkook, acercándose aún más.

-No me importa lo que me digan, porque sé que no es cierto -respondió Seokjin con voz entrecortada, su resistencia debilitándose.

Jungkook respiró profundamente, sintiendo el peso del momento sobre sus hombros. Sabía lo que tenía que hacer. Sin decir una palabra más, se acercó a Seokjin y lo tomó del cuello suavemente, atrayéndolo hacia sí mismo en un beso apasionado y desesperado. Seokjin, sorprendido pero sin poder resistirse, correspondió al beso con igual intensidad.

Cuando finalmente se separaron, Jungkook miró a Seokjin con una mezcla de esperanza y dolor.

-¿Aún dirás que no me crees, que no me amas? -susurró Jungkook, sus ojos buscando desesperadamente una respuesta sincera.

-Él no te ama -intervino de repente Hwan, interrumpiendo el momento con un arma en la mano-. ¿Cierto? -añadió, mirando fijamente a Seokjin.

Seokjin se encontró atrapado en una situación peligrosa y dolorosa. Miró a Hwan y luego a Jungkook, luchando con las emociones y las palabras en su mente. Sabía que su decisión tendría consecuencias profundas.

-Nunca podría amar a un ser tan inferior a mí -respondió SeokJin con dolor en su voz, buscando proteger a Jungkook aunque eso significara romper su propio corazón-. Ni recuperando la memoria te amaría, así que no me busques más -añadió, con un tono de súplica en sus palabras mientras miraba a Seokjin.

Seokjin observó la mirada de Jungkook, viendo el dolor y la angustia en sus ojos. Sabía que tenía que tomar una decisión, una que podría cambiar todo para ellos. Con un nudo en la garganta, Seokjin se enfrentó a Hwan y luego asintió con la cabeza hacia la salida.

-Una vez dicho eso, puedes marcharte -dijo Seokjin con voz firme, su corazón lacerado por la tormenta de emociones que lo envolvía.

Jungkook asintió lentamente, sintiendo el peso de la derrota y el dolor en su interior. Sabía que no podía hacer más por ahora. Con un último vistazo a Seokjin, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida, dejando atrás la mansión Kim y todo lo que había perdido una vez más.

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