2. Hogwarts, miradas y sonrisas

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1 de septiembre de 1971

T/N T/A

Me despedía de mi padre, sentada en el vagón del tren para ir a Hogwarts. En el vagón estoy sentada con unos amigos que conocí en España: Raúl, Alejandro y mi mejor amigo, Ernesto. No esperaba encontrármelos aquí, creí que eran muggles.

Pues estaba equivocada, son magos hijos de muggles. La verdad es que siempre nos lo pasábamos genial. Fui al colegio con ellos y nos criamos juntos, hacíamos travesuras pero nunca hicimos nada que pudiera perjudicar a nadie.

—T/N, explícanos eso de las casas otra vez, por favor, aún no lo entiendo bien —me pidió Alejandro amablemente.

—Pues según tus aptitudes te envían a una casa u otra —respondí.

—¿Y cómo eligen a qué casa correspondes? —preguntó Raúl.

—Uhm... —pensé —en realidad es muy genérico. Siempre se ha dicho que Gryffindor es de los valientes; Slytherin, de los ambiciosos; Hufflepuff, de los trabajadores; y Ravenclaw, de los inteligentes.

—¿En cuál esperas quedar tú? —me preguntó con curiosidad Ernesto.

—Bueno... mi padre era de Ravenclaw y mi madre de Slytherin, así que supongo que quedaré en alguna de esas dos, pero me gustaría ser de Slytherin.

—¡Yo quiero ser de Gryffindor, suena muy bien —exclamó Raúl.

—No te dejes influenciar por las apariencias, todas las casas tienen sus defectos —dije con una ceja alzada. La verdad no me gusta Gryffindor pero obviamente respeto a quienes allí habiten, no me gusta juzgar un libro por su portada. —Voy al servicio —me levanté y salí del compartimento.

De camino al servicio (que, maldita sea, estaba en la otra punta del tren) vi a una chica de cabello pelirrojo hermoso y un chico de pelo largo negro azabache, nariz ganchuda y ojos negros como la noche.

Intercambié mirada con ese niño durante unos segundos, sentí que algo se removió en mi estómago.

Esos ojos... sentía que ya los conocía... su mirada misteriosa... su rostro serio e inexpresivo... este es el tipo de persona que me llama la atención, el tipo de persona que esconde tantos secretos.

Pero ¿qué...?

No podía meterme en su mente... tiene mi edad estoy segura de eso porque su túnica no tiene escudo pero... ¿cómo es posible? ¿Es oclumántico como yo?

Sentí un poco de lástima por ellos ya que no encontraban donde sentarse y recordé que justo al lado de nuestro compartimento, había un compartimento libre.

—Hay un compartimento libre si es lo que están buscando —comenté con una sonrisa mirándolos a ambos y los conduje hasta él.

—Gracias —dijo la chica pelirroja amablemente.

El azabache me miró por unos segundos, como si tratara de analizarme. Finalmente hizo una pequeña reverencia en forma de agradecimiento y entró junto a su amiga en el compartimento.

Ya me olvidé de qué iba a hacer yo. Bueno no importa. De repente un chico de oscuro despeinado y un chico de pelo rizado me arrollaron cuando iban corriendo por el vagón.

El Lamento De Un Mestizo (Severus x T/N) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora