23. Una primera vez

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Severus Snape

Lamía su oreja y luego la besé de nuevo en los labios. Nuestras caricias ya no eran tiernas, eran caricias más fogosas y lujuriosas.

Me deshice de mi chaqueta y ella comenzó a quitar los botones de mi camisa, para seguidamente, besar mi pecho y pasar sus suaves dedos que hicieron que mi polla palpitara aún más.

Le desabroché su vestido y se lo quité. Tenía unas bragas negras de encaje y no tenía sujetador, por lo que tuve unas vistas increíbles de sus perfectas y redondas tetas.

Me acerqué a ella y empecé a besarle los pechos. La notaba temblar debajo de mí. Lamí su pezón y lo mordí ligeramente mientras jugaba con su otro pecho con mi mano.

Ella jadeaba, despertando mis instintos más salvajes, se veía tan hermosa cuando estaba deseosa.

Di calientes besos en su clavícula y le daba suaves mordidas mientras restregaba mi bulto en su entrepierna.

Acercó sus calientes manos a mi pantalón y lo desabrochó, la ayudé a bajármelo quedando únicamente en bóxer. Comenzó a acariciar mi erección por encima de la tela, sacándome un gemido por la placentera sensación y volví a restregarme con ella haciendo falsas embestidas, dejándola con ganas de más.

Aunque no sabía si la ansiosa era o yo. Quería follármela aquí mismo y hacerla gritar de placer hasta que se viniera más de 15 veces en mi polla, pero hoy le voy a dar una tregua, hoy le voy a hacer el amor, le voy a dar placer y mostrarle mi amor a la misma vez, le diré que la amo entre gemidos.

La besé de nuevo, necesitando sus labios para respirar, como la primera bocanada de aire cuando te ahogas en el mar, lo pasas mal por estar desesperado pero te derrites del placer.

—Quiero hacer esto contigo... —dijo jadeante.

—Y yo te voy a complacer, hermosa —le dije.

Bajé sus braguitas negras hasta dejarla completamente desnuda. Era completamente hermosa... algún día necesitaría un cuadro de ella en esta posición, parece ser la misma Afrodita.

—Joder... eres jodidamente perfecta.

Ella me miró con timidez y acaricié su cintura, dejando unos besos húmedos en su vientre. Acaricié su monte de Venus y pasé mis dedos por su intimidad humedecida notándola temblar bajo mi tacto.

Besé sus labios inferiores y pasé mi lengua por su hendidura, estaba tan excitada y tan hermosa. Llegué a su clítoris y comencé a mover mi lengua en círculos.

Presionó sus caderas contra mi cabeza y la agarré para poder hacerle un oral que ella pudiera disfrutar. Se agarraba de mi pelo desesperada y eso me ponía muy caliente.

Movía muy rápido mi lengua y succionaba ese pequeño pero sensible punto, agarré su precioso culo como había imaginado en mis fantasías y empecé a esparcir sus fluidos por su entrada y metí dos de mis dedos en ella, comprobando lo apretada que estaba. Todo esto sin dejar de lamer su delicioso clítoris.

—Severus... —gimió.

La callé con un beso, haciéndola probar su propio sabor. Quité mi bóxer y toqué mi miembro notándolo palpitante, ella apartó mi mano y comenzó a masturbarme.

El Lamento De Un Mestizo (Severus x T/N) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora