22. Confesión de amor

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Capítulo dedicado a una personita que se ha hecho muy especial para mí en muy poco tiempo, my dog, meine Liebe, que aunque todo un océano nos separe estamos juntos en todo. 🖤

T/N  T/A

La nieve blanca decoraba los alrededores del castillo, en el lago helado patinaban nuestros compañeros, todo indicaba que la Navidad estaba cerca.

Fui a la sala común de Slytherin, ya que el profesor Slughorn nos había convocado en ese lugar.

Todos se preguntaban que estaba pasando, nadie sabía de que se trataba.

—Bien, alumnos —habló el profesor —se preguntarán por qué los he llamado aquí. Bien, como es tradición, los alumnos de cuarto en adelante suelen asistir a una ceremonia que da lugar en el Gran Comedor —explicó —¡caballeros inviten a las bellas damas! —exclamó —es una noche en la que, si tenéis suerte, no usaréis solo una de las varita.

Varios alumnos rieron y noté la mirada de Severus, que enseguida bajó la mirada y yo me sonrojé.

—Silencio, alumnos —ordenó calmado —los alumnos de Slytherin siempre han destacado mucho en el baile, no seréis la excepción. Y digo baile porque es ante todo una danza, ¿alguna joven dama me daría el honor de hacer una demostración?

—Yo —me ofrecí voluntaria, ya que había bailado con mi padre por muchos años.

—¡Estupendo! —exclamó el profesor y comenzó a bailar conmigo, mostrándole a los alumnos cómo se hace.

Después de esa demostración el profesor nos dejó irnos, dándole por último la advertencia a los chicos de que inviten a la chica que les gusta lo antes posible, antes de que lo haga otro chico y la posibilidad se esfume.

Decidí pasar la tarde con Ernest, ya que habíamos estado unas semanas sin pasar mucho tiempo juntos.

—¿Flitwick habló con ustedes? —le pregunté.

—No, tu padre es el nuevo jefe de casa.

—¿En serio? No me lo había dicho.

—Sí, lo es —me abrazó —nos contó lo del baile. Me sacó como "voluntaria" para bailar con él.

Empecé a reírme muy fuerte.

—¡Qué gracioso es mi padre! —exclamé.

—¿Ya te lo ha pedido?

—¿Qué?

— Severus, me refiero —aclaró —el baile...

—Ah, vale... no...

—Lo siento, pequeña —besó mi frente —dale tiempo.

—Estoy harta de sentirme así por alguien que no me corresponde...

Agarró mis manos.

—No te preocupes, pequeña, seguro que... —lo interrumpí.

—Nos besamos.

—¡¿Qué?!

Me ruboricé por aquella declaración, caminábamos hacia el patio.

El Lamento De Un Mestizo (Severus x T/N) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora