El Lamento De Un Mestizo (Severus x T/N) #1

15. Deseo de Año Nuevo

31 de diciembre de 1972

T/N T/A

Finalmente, llegó fin de año, estaba contenta, era una de mis fiestas favoritas y la iba a pasar por primera vez en Hogwarts.

Hacía días que no hacía más que pensar en Severus, en aquel momento interrumpido por mi padre.

Pude sentirlo tan cerca...

¿Lo habría besado? ¿Me habría besado él a mí?

Basta

No, eso no puede ser, él solo me ve como una amiga, pero deseaba ese beso como una loca.

Me encanta.

Y ya sé qué deseo voy a pedir este fin de año: que Severus sea feliz.

Es lo único que quiero, sé que lo ha pasado muy mal el pobre, solo quiero que no sufra, solo quiero que sea él mismo.

No podía dejar de pensar en él, sentía un cosquilleo en el estómago siempre que lo veía.

Me gusta mucho su personalidad, cómo me trata y... es lindo.

Lo veo muy atractivo, su cabello es lindo. Además le presté unos productos para que se le quede lacio, su cabello ahora huele a plátano.

Mi padre se ha encargado de comprarle ropa para todo el año, quiere darle una vida digna, esa que no le pudo dar su madre.

Mi padre le tiene mucho cariño a Severus, sabe por lo que ha pasado y lo quiere mucho, como un hijo más, el problema es que yo no le veo como un hermano.

Sé que a nuestra edad es normal que empiece a gustar alguien, pero no pensé tener estos sentimientos tan fuertes.

Estaba en el Gran Comedor, desayunando, era algo tarde por lo que no desayuné con Severus, él es muy madrugador.

Estaba muy sumergida en mis pensamientos, en lo bien que se hubiera sentido besar los labios de Severus Snape, aunque sea por solo probarlos...

—¿Pensando en mi futuro yerno? —la voz de mi padre me hizo salir de mi trance.

—¿Qué?

—Te encanta Severus —afirmó.

—Déjame en paz, papá.

—¿Por qué no se lo dices esta noche? —preguntó.

—¡Estás majara!

Él se río.

—Qué pesada eres pensando que no le gustas.

—¡Pues porque no le gusto!

—Ustedes dos van a terminar siendo novios.

Me quedé callada pensando "ojalá".

—Que no se te olvide que soy mejor legeremante que tú oclumántica.

Me ruboricé.

—Papá, déjame tranquila.

Me dio un beso en la mejilla.