El amanecer rompía sobre el horizonte, bañando el bosque en un resplandor dorado. Ian y Jenny se encontraban en el borde del claro, contemplando la vasta extensión de árboles que se alzaban frente a ellos como gigantes silenciosos. El aire estaba cargado con el aroma fresco de la tierra y el susurro de las hojas que anunciaban un nuevo día lleno de posibilidades y peligros.
-Hoy, Ian, conocerás a algunos de los habitantes más importantes del Reino Dorado. Es vital que causes una buena impresión -dijo Jenny, ajustándose su capa con un gesto decidido-. No todos estarán de nuestro lado, pero necesitamos aliados si queremos sobrevivir y avanzar en este conflicto.
Ian asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y anticipación. Había pasado la noche reflexionando sobre todo lo que Jenny le había contado sobre los reinos y las complejas dinámicas de poder que los gobernaban. Sabía que cada encuentro podría ser una oportunidad para aprender más y acercarse a su objetivo de entender y quizás influir en el destino de estos territorios.
A medida que avanzaban, el paisaje comenzó a cambiar. El denso bosque dio paso a senderos más claros y cuidados, adornados con flores silvestres de colores brillantes que parecían iluminar su camino. A lo lejos, Ian podía ver la silueta de una ciudad que emergía lentamente de la niebla matutina, con torres y edificaciones que brillaban bajo el sol naciente.
-Ese es el corazón del Reino Dorado -dijo Jenny, señalando hacia la ciudad-. Es un lugar de gran belleza y riqueza, pero también de peligros ocultos. Mantén tus sentidos alerta y no bajes la guardia.
Al llegar a las puertas de la ciudad, fueron recibidos por un grupo de guardias ataviados con armaduras relucientes. Sus miradas eran severas, pero permitieron el paso de Jenny sin dudar, lo que hizo que Ian se diera cuenta de la influencia que ella debía tener en esta región.
Entraron en la ciudad, y Ian quedó asombrado por la mezcla de esplendor y actividad que lo rodeaba. Calles empedradas se extendían en todas direcciones, llenas de comerciantes, artesanos y guerreros que se movían con un propósito claro. Las edificaciones, adornadas con oro y mármol, reflejaban la opulencia del reino y la importancia que se le daba a la riqueza y el poder.
Jenny lo condujo a través de un laberinto de calles y callejones hasta llegar a una gran plaza central, donde una estatua imponente de un guerrero dorado se erguía como símbolo del poder del reino. A su alrededor, una multitud se había congregado, discutiendo y comerciando, creando un bullicio que llenaba el aire con energía.
-Aquí es donde nos encontraremos con nuestro primer contacto -dijo Jenny, mirando a su alrededor con ojos atentos-. Es alguien que puede proporcionarnos información valiosa sobre los movimientos de los otros reinos y quizás, con suerte, algún apoyo.
Ian sintió una oleada de adrenalina. Sabía que este era un paso crucial en su viaje y que debía estar preparado para cualquier cosa. Su mente repasaba todo lo que había aprendido hasta ahora, listo para enfrentar lo que viniera.
A lo lejos, una figura se destacaba entre la multitud. Era un hombre alto, con una capa dorada que ondeaba suavemente con la brisa. Sus ojos se encontraron con los de Ian, y una sonrisa enigmática apareció en su rostro mientras se acercaba.
-Ian, déjame presentarte a Lord Eldar, uno de los nobles más influyentes del Reino Dorado -dijo Jenny, inclinándose ligeramente en señal de respeto-. Él ha accedido a reunirse con nosotros hoy.
Lord Eldar asintió, su mirada fija en Ian como si estuviera evaluando cada aspecto de su ser.
-Es un honor conocerte, joven viajero -dijo con una voz profunda y resonante-. He oído muchas cosas sobre tu llegada al bosque y me intriga saber más. Ven, hablemos y veamos cómo podemos ayudarnos mutuamente.
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Infierno Silencioso
AdventureEste libro trata de un lugar en el cual es alejado de todo rastro de sociedad, ese lugar era un bosque de escalas enormes, en ese lugar en dónde comenzó a existir una sociedad, y ser formaron tres reinos... Hasta que... Se desató una guerra horrible...