Ian se despertó con el primer rayo de sol que se filtraba por la ventana de la pequeña cabaña de madera. A su lado, Alex dormía profundamente, recuperándose de las heridas de la batalla del día anterior. Los eventos recientes habían dejado una marca indeleble en Ian, pero también le habían fortalecido la determinación. Sabía que para ganar esta guerra y traer paz a los reinos, necesitaba más aliados y habilidades.
Decidido, Ian salió silenciosamente de la cabaña y se dirigió hacia el bosque. El aire fresco de la mañana estaba cargado de la promesa de nuevos desafíos y descubrimientos. Mientras avanzaba por el sendero sinuoso, su mente repasaba las enseñanzas de su maestro y los consejos de Alex. Era consciente de que, aunque había ganado su primera batalla, la verdadera guerra estaba lejos de terminar.
Después de caminar durante un par de horas, Ian llegó a una amplia explanada. Allí, bajo un antiguo roble, encontró a Jenny, quien parecía estar esperándolo. Sus ojos brillaban con una sabiduría que desmentía su apariencia juvenil. "Sabía que vendrías, Ian", dijo ella con una sonrisa enigmática.
Ian la miró con curiosidad. "Necesito más que solo habilidades con la katana para enfrentar lo que se avecina. Necesito aliados. Y tú conoces este bosque mejor que nadie. ¿Me ayudarás?"
Jenny asintió lentamente. "Hay una persona que debes conocer, alguien que puede ser un aliado valioso si logras ganarte su confianza. Se llama Wei, y es uno de los guerreros más respetados del Reino de Perla. Pero cuidado, Ian, su lealtad no se gana fácilmente. Tendrás que demostrar tu valía."
Con la determinación de quien no tiene nada que perder, Ian siguió a Jenny a través del bosque hasta llegar a una pequeña aldea oculta entre los árboles. La aldea estaba en un claro rodeado de altos abetos, y las casas, hechas de piedra y madera, parecían casi una extensión natural del entorno.
Al llegar al centro de la aldea, Ian se encontró cara a cara con Wei, un hombre de mediana edad con una presencia imponente. Su rostro estaba marcado por cicatrices que contaban historias de muchas batallas. "¿Tú eres el chico del que he oído hablar?", preguntó Wei con voz profunda y severa.
Ian asintió, sintiendo el peso de la mirada evaluativa de Wei. "Sí, y necesito tu ayuda para detener esta guerra y unir a los reinos. Quiero probar que soy digno de tu confianza."
Wei lo estudió en silencio durante unos momentos antes de responder. "Muy bien, pero debes saber que la confianza se gana con acciones, no con palabras. Si realmente quieres mi apoyo, deberás demostrar tu valía en el campo de batalla. Prepárate, joven guerrero, porque el camino que te espera no será fácil."
Con esas palabras, Ian entendió que su próximo desafío no solo sería una prueba de su habilidad, sino también de su carácter. En su búsqueda por la paz, tendría que enfrentar más pruebas y ganar el respeto de aquellos que, como Wei, podían ser la clave para unir los reinos.
Wei no perdió tiempo en llevar a Ian a una especie de campo de entrenamiento improvisado a las afueras de la aldea. Era un terreno amplio, cubierto de hierba y rodeado por árboles que servían como una barrera natural contra cualquier intruso. El aire estaba cargado de la anticipación de la confrontación, y varios guerreros del Reino de Perla ya estaban allí, practicando sus movimientos con diferentes tipos de armas.
Wei se detuvo y se volvió hacia Ian. "Antes de aceptar a alguien en mi círculo de confianza, necesito ver de qué está hecho. Muéstrame lo que sabes, chico. Aquí y ahora."
Ian asintió, entendiendo que no había tiempo para la duda ni la vacilación. Tomó su katana y se colocó en posición de combate. Frente a él, Wei señaló a uno de sus hombres, un guerrero alto y musculoso con una mirada implacable.
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Infierno Silencioso
AventuraEste libro trata de un lugar en el cual es alejado de todo rastro de sociedad, ese lugar era un bosque de escalas enormes, en ese lugar en dónde comenzó a existir una sociedad, y ser formaron tres reinos... Hasta que... Se desató una guerra horrible...