La mañana en el nuevo Reino de Diamante amaneció radiante, con el sol brillando alto en el cielo y el aire lleno de promesas de un día perfecto. Ian se despertó con una idea en mente, una que había estado considerando desde hacía tiempo pero que, debido a las constantes batallas y desafíos, nunca había tenido la oportunidad de llevar a cabo. Hoy, sin embargo, era el día perfecto.
Después de vestirse y asegurarse de que su katana estaba bien guardada en su nueva funda, Ian se dirigió a su habitación donde estaba Belly. Al llegar se dió cuenta que no estaba, por su olfato supo que estaba en el baño así que tocó suavemente la puerta.
-¿Sí? -preguntó Belly desde adentro.
-Ian aquí -respondió él, con una sonrisa en los labios.
Belly abrió la puerta, con una sonrisa radiante. Ella se acababa de duchar, algo que provocó un sonrojo en Ian
-¡Buenos días, Ian! ¿Qué pasa?
-Q-quería preguntarte algo -dijo Ian, sintiendo un poco de nerviosismo-. ¿Te gustaría acompañarme hoy en una cita?
Belly parpadeó, sorprendida, pero su sorpresa rápidamente se transformó en una sonrisa de felicidad.
-¡Claro que sí! Me encantaría, Ian.
Ian sintió un alivio inmediato y una alegría que le llenó el corazón.
-Genial. Nos alistamos y vamos.
Cada uno se preparó con esmero. Belly escogió un vestido que había comprado la noche anterior, de un suave color lavanda que realzaba sus ojos y su sonrisa. Ian optó por una camisa y pantalones sencillos pero elegantes, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Mientras se alistaban, ambos sintieron la emoción y la anticipación de un día especial juntos.
Antes de salir, se despidieron de sus amigos, que estaban en la sala común del castillo, disfrutando de un desayuno tranquilo.
-Nos vamos por un rato -anunció Ian.
-¿A dónde van? -preguntó Alex, con una sonrisa pícara.
-Es una cita -respondió Belly, sin poder ocultar su felicidad.
-¡Oh! ¡Qué bien! -exclamó Lina-. ¡Diviértanse!
-Cuídense -dijo Wei, dándoles una sonrisa cómplice-. Y no hagan travesuras.
Ian y Belly se rieron y, después de un último adiós, salieron del castillo. La ciudad estaba despierta y llena de vida, con personas yendo y viniendo, cada una inmersa en sus propias actividades. Los dos caminaron por las calles, disfrutando de la atmósfera y de la compañía mutua.
-Entonces, ¿a dónde vamos primero? -preguntó Belly, tomando la mano de Ian.
-Pensé que podríamos comenzar con un paseo por el mercado -respondió Ian-. Hay muchas cosas que aún no hemos visto, y creo que podríamos encontrar algo interesante.
El mercado estaba vibrante, lleno de puestos que vendían todo tipo de productos: frutas frescas, artesanías, ropa, joyas, y muchas otras curiosidades. Belly se maravilló con los colores y los aromas, y se detuvo en varios puestos para admirar los productos. Ian, por su parte, disfrutaba viendo a Belly tan feliz y relajada.
En un puesto de flores, Ian compró un ramo de lirios blancos, que entregó a Belly con una sonrisa.
-Son tan hermosos, Ian. Gracias -dijo ella, conmovida.
Continuaron su paseo, hablando de todo y de nada, simplemente disfrutando de estar juntos. Se detuvieron en una pequeña cafetería y tomaron un descanso, bebiendo café y comiendo pasteles mientras observaban a la gente pasar.
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Infierno Silencioso
AventuraEste libro trata de un lugar en el cual es alejado de todo rastro de sociedad, ese lugar era un bosque de escalas enormes, en ese lugar en dónde comenzó a existir una sociedad, y ser formaron tres reinos... Hasta que... Se desató una guerra horrible...