◾Capítulo XXI: El Despertar de la Esperanza◾

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La atmósfera en la sala donde descansaba Ian era tranquila, una calma después de la tormenta. Wei, Lina, Alex y Belly se encontraban alrededor de él, velando por su recuperación. La fatiga se reflejaba en sus rostros, pero la preocupación por Ian era lo que predominaba.

-Lo que hizo Ian fue increíble -dijo Wei, rompiendo el silencio-. Nunca había visto algo así.

Lina asintió, recordando los momentos críticos de la batalla.

-Es cierto. La forma en que se enfrentó al Rey, cómo protegió a Belly... Fue como si nada pudiera detenerlo.

Belly, que había estado en silencio, levantó la mirada, sus ojos brillando con una mezcla de orgullo y tristeza.

-Él me salvó la vida -dijo suavemente-. Cuando el Rey me atacó, Ian se interpuso sin dudarlo. Recibió una herida que podría haber sido fatal, y aun así siguió luchando.

Alex, que también había sido testigo de la batalla, suspiró.

-Ian es increíblemente fuerte. Pero más allá de su fuerza, lo que realmente me sorprende es su determinación y su capacidad para proteger a los que ama.

Belly asintió, recordando cada detalle de la batalla, cada movimiento de Ian.

-Cuando luchaba, era como si todo su ser estuviera enfocado en protegernos. Vi cómo sus ojos cambiaron de color, cómo su ira lo transformaba. Pero incluso en ese estado, sabía que estaba luchando por nosotros, por mantenernos a salvo.

Wei se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en Ian.

-Es un verdadero líder. No solo por su habilidad en combate, sino por cómo se preocupa por cada uno de nosotros. Ian siempre ha sido el corazón de este grupo.

Lina tomó la mano de Wei y sonrió.

-Tenemos suerte de tenerlo con nosotros. Y tenemos suerte de tenernos unos a otros. Esta batalla nos ha mostrado lo fuertes que somos juntos.

Belly, conmovida por las palabras de sus amigos, miró a Ian con ternura.

-Lo amo -dijo finalmente, su voz apenas un susurro-. Siempre lo he amado. Y después de ver todo lo que ha hecho por nosotros, estoy más segura que nunca de mis sentimientos.

El grupo se quedó en silencio por un momento, dejando que las palabras de Belly resonaran en el aire. Sabían que sus sentimientos por Ian eran profundos y sinceros, y comprendían la conexión especial que había entre ellos.

-Cuando despierte, deberías decírselo -sugirió Alex-. Él merece saber cómo te sientes.

Belly asintió, determinada.

-Lo haré. Cuando todo esto termine, le diré lo que siento. No quiero perder más tiempo.

El grupo continuó velando por Ian, compartiendo historias de la batalla y recordando los momentos que los habían llevado hasta allí. A pesar de las dificultades, sabían que juntos podían superar cualquier obstáculo.

La conversación fluyó de un tema a otro, siempre regresando a la figura central de Ian. Sus hazañas, su valentía y su amor por el grupo eran temas recurrentes. A medida que hablaban, se sentían más unidos y más fuertes, sabiendo que su amistad y lealtad eran lo que los mantenía en pie.

El ambiente era una mezcla de alivio, esperanza y una renovada determinación. Sabían que la batalla había sido solo una parte de su viaje, y que aún les quedaba mucho por hacer. Pero por ahora, se permitieron un momento de paz, cuidando a Ian mientras él dormía y recuperaba sus fuerzas.

El capítulo continuaría con nuevos desafíos, pero en ese instante, el grupo se centró en la gratitud y el amor que sentían por su amigo y líder, Ian.

Infierno SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora