◾Capítulo XIX: ¿Muerte?◾

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Los ecos de la batalla resonaban en el laberinto mientras Ian, exhausto y con la adrenalina todavía corriendo por sus venas, tomaba un momento para descansar. Habían estado luchando sin cesar, y su cuerpo empezaba a resentir el esfuerzo. Sabía que necesitaba recuperarse, aunque solo fuera por unos minutos, para estar listo para el siguiente enfrentamiento.

Sus amigos, Wei, Lina, Alex y Belly, seguían en pie de lucha, enfrentándose a oleadas de enemigos que parecían no tener fin. Los pasillos del laberinto se convertían en un campo de batalla, con las espadas chocando y los gritos de combate llenando el aire.

-¡Cuidado a tu derecha! -gritó Wei, bloqueando un ataque dirigido a Lina con un movimiento rápido de su espada. Lina, aprovechando la apertura, lanzó un contraataque que derribó a su atacante.

-¡Gracias, Wei! -respondió Lina, con una sonrisa rápida antes de volver a concentrarse en los enemigos que se acercaban.

Alex, con su característica energía y determinación, luchaba con una habilidad que reflejaba años de entrenamiento y experiencia. Sus movimientos eran precisos y letales, derribando a los guardias con una combinación de fuerza y técnica. A pesar de la herida que había sufrido anteriormente, seguía adelante, impulsado por la necesidad de proteger a sus amigos y encontrar al Rey.

-¡No podemos seguir así para siempre! -exclamó Alex, esquivando un golpe y devolviéndolo con un poderoso corte que derribó a otro guardia-. ¡Necesitamos encontrar una salida o al menos un lugar seguro para reagruparnos!

Belly, con su katana brillante en la luz tenue del laberinto, luchaba con una gracia y ferocidad que impresionaba a todos a su alrededor. Cada movimiento era una danza mortal, eliminando a los enemigos con una precisión casi artística. Su conexión con Ian la impulsaba a luchar con aún más determinación, sabiendo que cada momento contaba.

-¡Ian! -gritó Belly, girando para ver cómo él descansaba en una esquina del laberinto-. ¡Necesitamos tu ayuda! ¡No podemos mantener esto por mucho más tiempo!

Ian, respirando con dificultad pero con una mirada decidida en su rostro, asintió. Sabía que no podía permitirse descansar por mucho más tiempo. Sus amigos dependían de él, y el peso de esa responsabilidad lo impulsaba a ponerse de pie una vez más.

-Lo sé, Belly -respondió Ian, levantándose y sacudiéndose el cansancio-. Estoy listo. Vamos a acabar con esto.

Con renovada determinación, Ian se unió a la batalla, su katana brillando mientras se lanzaba contra los enemigos. Sus movimientos eran rápidos y precisos, eliminando a los guardias con una habilidad que mostraba por qué era tan temido en combate. Sus amigos, al ver a Ian de vuelta en la lucha, encontraron una nueva fuente de energía y esperanza.

El combate se intensificó, con los protagonistas luchando juntos como una unidad cohesionada. Cada uno de ellos, a pesar de sus heridas y el agotamiento, seguía adelante, impulsado por la camaradería y el objetivo común de derrotar al Rey y salvar el Reino Dorado.

El laberinto, con sus paredes frías y pasillos interminables, se convirtió en el escenario de una batalla épica, donde la determinación y la valentía de los protagonistas se pusieron a prueba una vez más. A medida que luchaban, sabían que cada enemigo derrotado los acercaba un paso más a su objetivo final.

El primer pedazo del capítulo termina con los protagonistas enfrentándose a una nueva oleada de enemigos, con Ian liderando la carga, su katana cortando el aire y los enemigos por igual. La tensión y la emoción de la batalla continúan construyéndose, dejando a los lectores en vilo, ansiosos por ver qué sucederá a continuación.

La batalla se intensificaba con cada segundo que pasaba. Belly, aunque feroz y hábil, se encontraba rodeada por enemigos que no dejaban de llegar. La fatiga comenzaba a hacerse sentir en sus músculos, y por un momento, un guardia logró romper su defensa, lanzando un ataque directo hacia ella.

Infierno SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora