◾Capítulo XXVII: El Despertar de la Furia◾

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lan se encontraba de pie, rodeado por los doce guerreros más poderosos del Reino Estelar. Sus miradas frías y calculadoras se clavaban en él, pero lan no mostró ni un atisbo de miedo. En lugar de eso, esbozó una sonrisa sarcástica mientras su katana brillaba bajo la luz del día.

-La verdad, se me olvidó su nombre-dijo lan, con un tono de voz despreocupado y burlón-. Espero que no les moleste con ello.

Las palabras de lan cayeron como una bomba en el grupo de guerreros, provocando una reacción inmediata. Caden, el guerrero que se había presentado como el top 12, sintió que la sangre le hervía por la burla de lan. Sin pensarlo dos veces, cargó hacia lan, blandiendo su espada con toda su fuerza.

-¡Maldito insolente! -gritó Caden, lanzándose al ataque.

Pero lan no perdió la compostura. Con un movimiento rápido y preciso, esquivó el ataque de Caden y, en un instante, giró sobre sus talones, desenvainando su katana con una velocidad asombrosa. Antes de que Caden pudiera siquiera comprender lo que estaba sucediendo, la hoja de la katana de lan atravesó el aire y lo decapitó en un solo golpe limpio.

La cabeza de Caden rodó por el suelo, dejando una expresión de asombro congelada en su rostro. Su cuerpo se desplomó, inerte, mientras la sangre manaba de la herida con un chorro violento. El silencio cayó sobre el campo de batalla, y los otros guerreros se quedaron mirando, sorprendidos por la velocidad y letalidad de lan.

Todos, excepto uno.

Lucian, el líder de los doce guerreros y el top 1, observó la escena sin inmutarse. Con una expresión de absoluta indiferencia, se giró y caminó hacia un árbol cercano. Sin preocuparse por lo que acababa de suceder, se sentó bajo su sombra y se apoyó contra el tronco, cruzando los brazos sobre el pecho.

-Quiero ver qué logras, niño -dijo Lucian con voz fría, refiriéndose a lan mientras cerraba los ojos, como si todo esto fuera solo un espectáculo para su entretenimiento.

Freya, la top 11, y Gavin, el top 10, intercambiaron una mirada rápida antes de lanzarse a la batalla. Sabían que no podían subestimar a lan después de lo que acababa de hacer, pero tampoco podían permitir que siguiera eliminando a sus compañeros. Con la determinación brillando en sus ojos, atacaron al unísono.

Freya, con su lanza en mano, se movía con la gracia de una bailarina, cada uno de sus movimientos calculados para encontrar una abertura en la defensa de lan. Gavin, por su parte, era una tormenta de acero, sus dos espadas cortando el aire con precisión letal.

lan bloqueaba y esquivaba sus ataques con una habilidad impresionante, su katana chocando contra las armas de sus oponentes en una danza mortal. Mientras luchaba, una sonrisa se mantuvo en su rostro. Para él, esta batalla era solo una práctica, un calentamiento para el verdadero desafío que le esperaba. Sabía que Freya y Gavin eran formidables, pero en su mente, ya había calculado sus debilidades y estaba listo para explotarlas.

-Esto es solo el comienzo -murmuró lan para sí mismo mientras su katana cortaba el aire una vez más, encontrándose con las armas de sus enemigos.

Aunque la batalla continuaba, lan podía sentir la ventaja. Sus movimientos eran precisos, y aunque Freya y Gavin luchaban con todo su poder, lan los superaba en velocidad y habilidad. Sin embargo, no tenía prisa por terminar el combate. Quería probarse a sí mismo, empujar sus límites y demostrarles a estos guerreros que no eran rivales para él.

Freya lanzó una estocada con su lanza, buscando atravesar la defensa de lan, pero este la desvió con un movimiento rápido, obligándola a retroceder. Gavin intentó aprovechar la oportunidad para atacar desde el otro lado, pero lan giró sobre sus talones, bloqueando sus espadas con su katana.

Infierno SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora