El aire en el campamento era denso y cargado de una tensión palpable. Ian y su equipo, aún digiriendo las historias compartidas la noche anterior, se preparaban para lo inevitable. Había un presentimiento sombrío que colgaba sobre ellos, como una sombra invisible que anunciaba la tormenta. Desde que habían llegado a los confines del Reino Dorado, los rumores de una guerra inminente se habían intensificado, llenando cada rincón de la tierra con un inquietante murmullo.
El amanecer fue acompañado por una serie de señales inquietantes. A lo lejos, se podía escuchar el eco de tambores de guerra, y el aire se llenó con el olor a metal oxidado y madera quemada. Ian, con su aguda percepción, captó estos indicios mucho antes que los demás. Sabía que el tiempo para la batalla se acercaba y que el destino de sus amigos y el suyo propio dependía de su capacidad para actuar con rapidez y decisión.
El grupo se reunió en torno a Ian, quien delineó un plan de acción. La primera gran batalla estaba a la vuelta de la esquina, y debían prepararse para enfrentarse a las fuerzas del Reino Dorado. Su objetivo era claro: conquistar este reino y dar el primer gran paso hacia la unificación del bosque. Pero sabían que la tarea no sería fácil. El enemigo estaba bien fortificado, y los rumores hablaban de un líder feroz y despiadado, dispuesto a defender su territorio a toda costa.
-La situación es crítica -dijo Ian, mirando a sus compañeros con seriedad-. Tenemos que movernos rápido y estratégicamente. No podemos permitirnos fallar.
Cada miembro del equipo asintió, compartiendo la misma determinación y la misma voluntad de lucha. Se prepararon para la marcha, revisando sus armas y asegurándose de que todos los suministros estuvieran listos. Alex, aún cojeando ligeramente por la herida en su pierna, no mostró signos de debilidad. Su rostro estaba endurecido por la resolución y la promesa de venganza por sus compañeros caídos.
-Debemos ser sigilosos y evitar cualquier enfrentamiento innecesario hasta que estemos cerca del campamento enemigo -añadió Ian-. No podemos darles la ventaja de saber que estamos viniendo.
Con este plan en mente, el grupo comenzó su avance hacia el corazón del Reino Dorado. A medida que se acercaban, la resistencia enemiga se hizo más evidente. Pequeñas escaramuzas estallaron aquí y allá, pero Ian y sus compañeros las superaron con una eficiencia y un trabajo en equipo que dejaba claro su compromiso con la misión. A medida que se adentraban más en territorio enemigo, encontraron rastros inquietantes de la devastación que la guerra había dejado a su paso: aldeas destruidas, campos quemados y el eco de los gritos de aquellos que habían sufrido en el conflicto.
El camino los llevó a un claro en el bosque, donde se encontraron con un grupo de exploradores del Reino Dorado. La confrontación fue inevitable, y aunque lograron derrotar a los exploradores, las heridas y el agotamiento comenzaron a hacer mella en el equipo. Fue un recordatorio brutal de la realidad de la guerra y de la magnitud del desafío que enfrentaban.
-Esto es solo el comienzo -murmuró Ian, mirando las sombras que se alargaban a medida que el sol descendía-. La verdadera batalla está por venir.
El equipo continuó su avance, acercándose cada vez más al campamento principal del Reino Dorado. Sabían que la noche siguiente podría ser la última en la que dormirían en paz. Pero también sabían que la batalla que se avecinaba era crucial para su misión. Con cada paso que daban, se preparaban mental y físicamente para el enfrentamiento que definiría el destino del bosque y sus habitantes.
El avance hacia el campamento principal del Reino Dorado fue un camino lleno de tensiones y expectativas. Cada miembro del equipo sentía el peso de la misión sobre sus hombros, sabiendo que el éxito o el fracaso dependía de su coordinación y valentía en el campo de batalla.
ESTÁS LEYENDO
Infierno Silencioso
AventuraEste libro trata de un lugar en el cual es alejado de todo rastro de sociedad, ese lugar era un bosque de escalas enormes, en ese lugar en dónde comenzó a existir una sociedad, y ser formaron tres reinos... Hasta que... Se desató una guerra horrible...