◾Capítulo XXVIII: Pasajes de la Vida◾

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El aire estaba cargado de tensión, la atmósfera impregnada con el hedor de la sangre y el eco de la batalla. Los cuerpos de los guerreros caídos yacían esparcidos alrededor de Ian, y el suelo bajo sus pies estaba teñido de rojo. El joven guerrero se encontraba en el centro de un círculo, rodeado por los cuatro oponentes más formidables del Reino Estelar, mientras Lucian observaba desde la distancia, finalmente de pie, su presencia imponente como una sombra amenazante que se cernía sobre todos ellos.

Lucian, con una leve sonrisa en sus labios, dejó que su mirada recorriera la escena. La emoción que había mantenido oculta durante tanto tiempo comenzaba a burbujear bajo la superficie.

-Estoy algo impaciente -dijo, su voz resonando con una mezcla de autoridad y aburrimiento-. Chicos, tienen diez minutos para acabar con él. Si no lo logran... los acabaré yo.

Las palabras de Lucian cayeron como una sentencia de muerte sobre Lysandra, Kael, Mira y Riven. A pesar de ser guerreros formidables, sabían que Lucian no lanzaba amenazas al aire. Un escalofrío recorrió sus cuerpos, pero en lugar de paralizarse por el miedo, canalizaron esa energía en una acción rápida. En un abrir y cerrar de ojos, rodearon a Ian, sus armas listas para atacar desde todos los ángulos.

Ian observó sus movimientos con una sonrisa que reflejaba una confianza imperturbable. Su mente analizaba la situación, midiendo cada uno de sus oponentes. Sintió la presión de ser rodeado, pero en lugar de sentir temor, una chispa de emoción se encendió en su interior.

-Si este fue el comienzo, uno mediocre -dijo Ian, sin perder su sonrisa mientras sus ojos pasaban de un oponente al otro-, ¿cómo será el final?

Sus palabras no eran más que una provocación, un intento de desestabilizar a sus oponentes. Pero en el fondo, Ian tenía una curiosidad genuina. La expectativa de lo que vendría después le resultaba irresistible. Su mirada se desvió momentáneamente hacia Lucian, quien lo observaba con una mezcla de interés y diversión.

-Quiero ver si lo que dice Lucian es verdad -murmuró Ian para sí mismo antes de alzar la voz lo suficiente para que Lucian lo escuchara-. ¿Es verdad?

Lucian, sin dejar de sonreír, asintió lentamente, su expresión reflejando una sádica satisfacción.

-Tienes mi palabra -respondió Lucian, su voz tranquila, pero cargada de una peligrosa promesa.

Ian dejó escapar una risa suave, como si disfrutara de un chiste privado que solo él entendía. La situación se había vuelto mucho más interesante de lo que había imaginado.

-Entonces... mi batalla con ustedes la haré de resistencia -declaró Ian, su sonrisa sádica reflejando el desafío en sus palabras-. Vamos a ver cuánto pueden aguantar antes de que su tiempo se acabe.

Con esas palabras, Ian adoptó una postura defensiva, listo para enfrentar la embestida que sabía que vendría. Los cuatro guerreros del Reino Estelar, ahora bajo la presión del ultimátum de Lucian, no tenían otra opción más que atacar con todo lo que tenían. Lysandra se deslizó en las sombras, buscando el mejor ángulo para un golpe mortal; Kael avanzó de frente, su cuerpo preparado para un combate cuerpo a cuerpo brutal; Mira comenzó a preparar sus tácticas subversivas, y Riven, con su velocidad sobrehumana, se movió como un relámpago, buscando la oportunidad perfecta para acabar con Ian.

La batalla se reanudó con una ferocidad renovada, los guerreros atacando sin descanso, cada uno buscando la manera de quebrar la defensa de Ian. Pero Ian, con una sonrisa imperturbable, se movía entre ellos como un espectro, evitando cada ataque, bloqueando cada golpe, y manteniéndose en control mientras el tiempo continuaba su inexorable marcha.

La batalla se intensificaba con cada segundo que pasaba. lan seguía evadiendo los ataques de sus enemigos, moviéndose con una destreza que dejaba a los demás boquiabiertos. Sin embargo, los cuatro guerreros del Reino Estelar no iban a ceder fácilmente. Cada uno tenía sus propias habilidades, pero Kael, con su imponente figura y su confianza, decidió que era hora de revelar su as bajo la manga.

Infierno SilenciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora