El grupo había encontrado un pequeño claro en el bosque, donde decidieron establecer un campamento temporal. Después de los eventos recientes, necesitaban un descanso y tiempo para planear sus próximos movimientos. Mientras el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, una sensación de tranquilidad envolvía el lugar.
-Volveré a ser feliz para que Janeth esté feliz desde el cielo -murmuró Ian para sí mismo, mirando el cielo estrellado algo muy Bello algo que a el le gusta hacer. La resolución en su voz era clara, y sus amigos lo notaron.
Lina se acercó con una sonrisa juguetona, sosteniendo una rama como si fuera una espada.
-Entonces, ¿qué sigue, líder? ¿Vamos a enfrentarnos a un dragón, salvar a una princesa o tal vez encontrar un tesoro escondido?
Ian rió, agradecido por el intento de Lina de animar el ambiente.
-Nada tan emocionante, Lina. Creo que primero deberíamos hablar con el rey de nuestro reino. Necesitamos su apoyo para enfrentarnos al Rey del Reino Estelar.
Wei, que estaba afilando su espada cerca del fuego, levantó la vista.
-¿El rey de nuestro reino? Ese tipo es más difícil de convencer que un gato para tomar un baño.
Alex se unió a la conversación, con una sonrisa sarcástica.
-¿Hablas por experiencia, Wei? ¿Intentaste bañar a algún gato recientemente?
-No, pero una vez intenté convencer a un burro de que me dejara montarlo. Diría que es una experiencia similar.
Las risas llenaron el campamento, aliviando la tensión que había estado presente. Ian se sintió más ligero, como si una carga se hubiera levantado de sus hombros.
-De todas formas -dijo Ian, tomando un tono más serio pero aún relajado-, necesitamos la ayuda del rey. Si logramos convencerlo de que se una a nuestra causa, tendremos más posibilidades de derrotar al Rey del Reino Estelar.
-¿Y cómo planeas hacerlo? -preguntó Lina, levantando una ceja.
-Con nuestro encanto natural, por supuesto -respondió Ian con una sonrisa pícara.
Wei soltó una carcajada.
-Si nuestro encanto no funciona, siempre podemos recurrir a nuestros músculos.
Alex se unió al chiste.
-O a nuestras espadas. Aunque, preferiría que no llegara a eso.
Mientras la conversación continuaba, Ian notó algo en la mirada de Wei cada vez que veía a Lina. Había una chispa, una calidez que no había visto antes. Decidió que era el momento de tener una charla con su amigo.
-Wei, ¿puedes venir un momento? Necesito hablar contigo.
Wei se levantó y siguió a Ian a una parte más apartada del campamento. Los dos se sentaron en un tronco caído, lejos de los oídos curiosos de los demás.
-¿Qué pasa, Ian? -preguntó Wei, un poco nervioso.
Ian lo miró con una sonrisa tranquilizadora.
-He notado algo. Cada vez que miras a Lina, tus ojos brillan de una manera especial. ¿Te gusta, verdad?
Wei se ruborizó ligeramente y bajó la mirada.
-No sé de qué hablas...
-Wei, somos amigos. Puedes confiar en mí. Además, Lina no es tan mala, incluso con su obsesión por las espadas.
Wei suspiró, rindiéndose.
-Está bien, me gusta. Pero no sé si ella siente lo mismo. Y ahora, con todo lo que está pasando, no sé si es el mejor momento para pensar en eso.
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Infierno Silencioso
AdventureEste libro trata de un lugar en el cual es alejado de todo rastro de sociedad, ese lugar era un bosque de escalas enormes, en ese lugar en dónde comenzó a existir una sociedad, y ser formaron tres reinos... Hasta que... Se desató una guerra horrible...