Capitulo 9

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Greta Rossi

Los siguientes días que pasaron estuvieron tranquilos. Cada día luchaba contra los síntomas de la abstinencia por la droga y Raven me estaba acompañando.

Cada noche el venía a dormir conmigo, me abrazaba y se quedaba conmigo toda la noche. No había vuelto a tener pesadillas y estaba durmiendo al menos cuatro horas seguidas.

Me remuevo en la cama y abro los ojos. Me volteo y encuentro el lado donde había estado durmiendo Raven vacío. Me siento en la cama y froto mis ojos. El olor a tostadas me hace salir de la cama y abandonar la habitación.

Camino por el piso hasta llegar a la cocina donde encontré a Raven preparando huevos revueltos. Me acerco a el lentamente.

—¿Sabes que te oí venir?—pregunta Raven sin darse la vuelta

Aveces me sorprendia la manera en que Raven podía darse cuenta que no estaba solo.

—Huele bien—le digo tomando lugar a su lado y viendo cómo revuelve los huevos

—¿Quieres fruta?—propone

—Esta bien

—Porque no me ayudas y la picas

Asiento y me giro hacia la nevera, de ella saco los arándanos, fresas y manzanas. Empiezo a cortar la fruta y mezclarla en dos posillos, mientras que Raven terminaba el desayuno.

Raven va a dejar el desayuno hacia la mesa y yo termino de picar la fruta. Tomo dos cucharas y dejo cada una en un posillo. Oigo como abren la puerta y frunzo el ceño.

Salgo de la cocina y me detengo de golpe al ver un hombre alto vestido de traje. Mi respiración se acelera y los posillos caen al suelo rompiéndose en mis pies.

—¿Greta?—oigo a Raven

El hombre me mira fijamente bajando su mirada por todo mi cuerpo. Retrocedo lentamente y siento un dolor en mi pie pero lo ignoro.

Veo a Raven y se detiene de golpe al ver al hombre que estaba frente a mi.

—Carajo, ¿Por qué no le avisaste que venías?—Raven se acerca rápidamente hasta mi

—¿Vas a entregarme?—mi voz se rompe y empiezo a llorar

—Shhh, calma

—¿Quien es ella, Raven?—pregunta el hombre

Los recuerdos de mi estadía con Graciela empiezan atormentarme. Cada cliente que tuve que estar para poder sobrevivir. Lloro aún más sintiendo que me ahogaba.

Me cargan y empiezo a forcejear, temiendo que volviera con Graciela.

—¡No, por favor no!—grito

—Calma, soy yo, Raven

Pataleo aún más y siento que me depositan en una cama.

—¡Por favor, no dejes que me lleve!

—No te va a llevar—acarician mi cabello—. Estás muy alterada, tengo que sedarte

Lloro aún más y cada abuso que viví me persigue. Cada hombre que me tocó.

Reaccionó cuando una aguja es insertada en mi piel. Veo como empujan el embudo de la jeringa y el liquido es insertado en mi cuerpo. Miro fijamente a la persona que estaba conmigo.

Raven pone una curita en mi brazo y deja la jeringa aún lado. Lloro en silencio y me aferró a su cuerpo buscando protección.

—Vas a dormir un rato para que te relajes—acaricia mi cabello

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora