Capitulo 24

1.2K 121 5
                                    

Greta Rossi

—¿Que ha estado pasando con Raven?—pregunta mi psicóloga

—La verdad es que hemos tenido muchos encuentros sexuales, aunque aún no nos hemos acostado—respondo

—¿Y te sientes bien? Me refiero a que no te sientes obligada

—No, me siento bien, es primera vez después de meses en dónde yo puedo decidir si hacerlo o no.

—¿Y respecto a tu actual recuperación con las drogas?

—Creo que lo he superado, aunque aún tengo miedo de volver a ver la droga y recaer.

—El miedo a recaer es normal, ya que has superado la adicción a ellas y te diste cuenta que puedes vivir sin esa droga.

—¿Y siempre será así?

—No siempre, todo depende de la persona

—No quiero recaer, me ha costado mucho salir de aquel hoyo en que estaba viviendo

—No vas a recaer, Greta—me asegura

—¿Y si vuelvo a recaer?

—No pasará, Greta—me promete

•••••••••••

—Tengo que ir a ver unos asuntos a la mansión de mi familia—me comunica Raven y yo asiento aceptando que estaré horas sola—, no voy a tardar—besa mi mejilla y sonrió—. Te deje algo en la habitación, quiero que lo uses está noche porque te llevaré a cenar.

—¿Que?—suelto impresionada

—Esta noche tu y yo iremos a cenar

—Okey—sonrio emocionada. Raven deja un beso en mis labios para después abandonar la sala.

Oigo la puerta cerrarse y yo corrí hacia la habitación. Me detengo al ver en la cama una gran caja con un listón rojo. Me acerco cuidadosamente y jalo el listo desatando el nudo.

Abro la caja para revelar su contenido. Suelto un jadeo de sorpresa al ver el precioso vestido de seda negra. Lo levanto con cuidado para admirarlo mejor. Lo dejo sobre la cama y tomo los tacones que venían en la caja. Hacia juego con el vestido.

El timbre me avisa la llegada de alguien. Frunzo el ceño. ¿Tan rápido llegó Raven? Camino hacia la puerta y el timbre vuelve a sonar. No, si fuera Raven, el hubiera usado sus llaves.

Abro la puerta con desconfianza, pero me relajo al ver una mujer de cabello castaño y ojos grises. Sonríe hacia mi dirección y venía con una pequeña maleta.

—Si que eres hermosa—sonrie entrando al piso

—Disculpa, ¿Quien eres?—pregunto confusa

—Oh, claro, Raven no te dijo—bufa y sonríe nuevamente, extendiendo su mano—. Soy Zaria Santoro, una de las tías de Raven.

Acepto su mano y asiento levemente.

—¿Mi sobrino ya se fue?—pregunta mientras yo cerraba la puerta

—Hace unos minutos—respondo—. No quiero sonar pesada, pero ¿Que haces aquí?

—Raven nunca avisa nada—se queja rodando sus ojos y luego fija su mirada grisácea sobre la mia—. Raven me informo que está noche el y tu saldrían a cenar, así que me pidió ayuda para que pudieras arreglarte. Ya sabes, maquillaje, peinado.

—Oh—asiento comprendiendo

—¿Lista para dejar embobado a mi sobrino?—sonrie Zaria

—Claro—suelto una risa. Ya me caía bien.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora