Capitulo 26

1.1K 122 38
                                    

Raven Santoro

Entro a la habitación en silencio y veo. Greta dormida bajo las sábanas de la cama. Me acerco lentamente y me arrodillo frente a ella, quitó algunos mechones de cabello de su rostro y sonrió tristemente.

Estaba tan relajada, totalmente ajena a lo que iba a pasar apenas despertara. Acaricio su mejilla que estaba levemente sonrojada y Greta se remueve en medio de su sueño.

Abre sus ojos con dificultad y al verme sonrie levemente, sonrió de lado al ver esa sonrisa que provocaba una calidez en mi interior. Greta me mira por unos segundos y sus ojos se cristalizan. Suelta un sollozo y yo rápidamente la contengo.

—Shh, calma ya pasó—le susurro

—Lo siento, lo siento mucho—se disculpa abrazándome

—Tranquila, tenía que pasar—acaricio su cabello—. Debías de descontrolarte al ver la droga, aún estás en desintoxicacion.

—Yo no quería, te lo prometo

—Te creo—beso su cabeza y tomo su rostro—. Debemos de hablar, Greta.

—¿Hice algo mal?—pregunta Greta

Niego con la cabeza y acaricio sus mejillas.

—Es hora que vuelvas con tu familia—le comunico

—¿Que? No, no Raven—niega Greta suplicando

—Debes de volver a tu vida

—Por favor, no—suplica

—Escuchame, Greta—la obligó a que me mire a los ojos—las personas que te hicieron daño, saben que estás aquí conmigo y no van a parar de tratar de llegar a ti. Lo que te enviaron es una advertencia. Si tú llegas hablar con lo que te sucedió, ellos van a pudrirse en la cárcel. Quieren asegurarse que tú calles.

—Prometo no decir nada, pero no me obligues a volver

—Greta, esas personas fueron culpables de la muerte de mis padres—le informo y ella me mira sin creer—. Necesito que tú hables con la verdad, pero lo que más necesito ahora es ponerte a salvo. No puedo permitir que te hagan otra vez daño.

—Pero estoy segura aquí

—Ellos saben que estás aquí

—Raven, no me hagas ir a Milán, por favor no—suplica en medio del llanto

—Lo siento, princesa. En verdad no quiero dejarte ir, pero es por tu bien. No estas segura conmigo.

Greta solloza sin parar y quita mis manos de su rostro. Trato de agarrar su mano, pero ella se zafa con brusquedad.

—Dijiste que no me abandonarias—me empuja y dejo que descargue todo—prometiste no dejarme sola y a la primera oportunidad que tienes me dejas ir. Eres un mentiroso.

—Es por tu bien

—Yo quiero estar contigo, no me hagas volver con mi familia. Por favor.

—Un avión te llevará está noche a Milán

Greta llora aún más y se recuesta en la cama, me recuesto a su lado y la rodeo con mis brazos, permitiendome sentirla por una última vez.

•••••••••

Greta Rossi

Miro las calles oscuras de Positano a través de la ventana. Íbamos de camino al aeropuerto donde el avión que me llevaría a Milán me estaba esperando.

No quería irme, no quería volver con mi familia. Quería permanecer aquí, junto a Raven. Estaba segura a su lado, pero no el quería entenderlo.

Veo como Raven entra a una pista de aterrizaje y las lágrimas vuelven a bajar por mis mejillas. Las seco con mi pulgar y Raven aparca el auto a unos pasos del avión.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora