Capitulo 10

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Greta Rossi

—¿Puedo?—oigo a Raven al otro lado de la puerta

Termino de colocarme la camiseta y camino hacia la puerta. La abro dejando que Raven pueda entrar a su habitación. Hace solo unos minutos había salido de la ducha.

—¿Sucede algo?

—¿Cómo te sientes? ¿Algún síntoma de la abstinencia?

—Bueno... Estoy un poco inquieta la verdad—admito—y siento mucha calor

Raven asiente lentamente y relame sus labios.

—Necesito llevarte a un lugar

—¿Un lugar?—trago grueso y el asiente

—Tranquila, estarás bien, pero debo de llevarte aunque no quiera hacerlo

—¿Dónde?

—Ya veras. Termina de arreglarte, estaré en la sala

Asiento lentamente y Raven abandona la habitación cerrando la puerta y dándome privacidad. Voy al baño y tomo el cepillo de pelo, lo desenredo con cuidado, aún estaba algo maltratado, pero poco a poco iba recuperando mi antiguo cabello.

Suspiro nerviosa mientras me miro al espejo. ¿Dónde me llevaría Raven? ¿Será que ya se canso de mi? ¿Acaso iba a dejarme en un centro?

Abandono la habitación y camino a la sala donde Raven está hablando por teléfono. Al verme me sonríe levemente y me hace una seña para que lo espere.

—Si, estamos saliendo para allá—murmura Raven—. Si, aja.

Raven cuelga la llamada y guarda su celular en el bolsillo de sus pantalones. Se acerca hacia mi y acaricia levemente mis brazos.

—¿Lista?

—Creo que si—murmuro

—Vamos

Toma mi mano y salimos del piso, era primera vez que salía al exterior desde que Raven me había encontrado.

Bajamos por el ascensor hasta un aparcamiento y nos acercamos a un auto. Era un deportivo negro, último modelo. Me abre la puerta del copiloto y entro al auto.

El aroma de Raven estaba impregnado en el ambiente. Todo destilaba lujo. Raven debía de tener un muy buen trabajo o venir de una buena familia.

Raven entra al auto y lo enciende. Abandonamos el aparcamiento y nos adentramos a la ciudad. Nunca antes había estado en Positano, solo había estado viendo está ciudad por las noches y ni siquiera tenía recuerdos. La mayoría de veces estaba bajo los efectos de las drogas.

—¿Dónde iremos?—pregunto

Raven me mira de reojo y veo como dobla a una calle.

—Estaras bien—dice Raven

—¿Por qué dices eso? ¿Que vas a hacer Raven?

Raven solo acelera y en unos minutos nos encontramos subiendo una empinada. Miro a mi alrededor lo cual era solo bosque. Frunzo el ceño y veo como llegamos a una enorme mansión.

Las rejas se abren dejándonos entrar y Raven entra a la propiedad. Aparca el auto y veo que habían alrededor de seis a siete autos aparcados, todos autos modernos y de última gama.

Raven baja del auto y lo rodea. Abre la puerta y extiende su mano. La tomo y bajo del auto mientras veía la propiedad. Era enorme y tenía múltiples ventanas.

—¿Dónde estamos?—pregunto mirando a Raven

—En la mansión de mi familia—responde Raven—. Mi padre quiere hablar contigo

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora