Capitulo 8

1.3K 136 7
                                    

Greta Rossi

La fría noche me hace temblar y miro a mi alrededor completamente alerta a lo que pueda pasar. Respiro pesadamente y choco contra un cuerpo que me hizo tambalearme y caí al suelo.

Miro a quien provocó mi caída y tiemblo al ver al hombre que destrozó mi vida. Trato de escapar pero agarra mi tobillo y me arrastra hacia el.

Grito, pero nadie me oía. Estaba sola.

Sus manos rasgan mi ropa dejándome desnuda y el llanto me hace desesperarme, trato de defenderme pero todo fue en vano.

El dolor en mi cuerpo me hace gritar y patalear, el como sus manos recorrían mi cuerpo y se reía de mi sufrimiento.

—Una zorrita, una linda zorrita—rie mi atacante

Trato de golpearlo, pero su puño se estrella en mi ojo y llore desesperada. Cerré mis ojos con fuerza y al abrirlos me encontraba en una fría habitación y completamente sola.

Empiezo a buscar una salida, necesitaba huir. Correr y pedir ayuda. Una puerta de abre dejando entrar la luz y me volteo para ver quién entraba a la habitación.

La silueta de Raven me hace sentir el alivio.

—Raven—susurro

—Estaras a salvo, Greta—me dice

Doy dos pasos hacia el, pero me detengo al oír el fuerte disparo. Miro horrorizada el como el cuerpo de Raven cae a mis pies y empiezo a temblar.

—Nunca estarás a salvo, maldita zorra

••••

Abro los ojos gritando y me siento de golpe en la cama, respiro pesadamente y el llanto me ataca provocando que se me sea difícil respirar. Miro a mi alrededor buscando alguna señal de peligro.

La puerta de la habitación se abre y Raven entra corriendo, se acerca hacia mi tomando mi rostro entre sus manos.

—Shhh, tranquila—me habla

—Ellos volverán—lloro desconsolada—. Volverán y me llevarán, nunca estaré a salvo

—Estas a salvo, Greta—me rodea con sus brazos y lloro contra su pecho—. Solo fue una pesadilla, nada fue real.

—Ellos van a matarte—sollozo sin poder controlarme—van a matarte, Raven.

—Nadie va a matarme—acaricia mi cabello suavemente

—Lo harán, te matarán por haberme ayudado. Nunca estaré a salvo, ellos tarde o temprano van a volver.

—Tendran que pasar por mi primero. Estás a salvo. Yo te protejo.

Lloro aún más sintiendo mi pecho subir y bajar a toda velocidad. Raven toma mi rostro entre sus manos y seca mis lágrimas.

—¿Quieres que te prepare un té? Te ayudará a relajarte

Asiento lentamente y se coloca de pie, abandona la habitación y miro a mi alrededor. Me coloco de pie y voy tras Raven. Tomo su mano a mitad del pasillo y mira por encima de su hombro.

No hace el intento de soltarse, solo sigue caminando y yo voy tras el. Llegamos a la cocina y llena el hervidor con agua. Lo conecta y empieza a prepararme la taza de té.

—¿Azúcar o endulzante?—inquiere Raven

—Endulzante—respondo

Raven asiente y yo espero pacientemente a su lado, viendo cómo preparaba mi té. Unos minutos después me entrega la taza humeante y juego con la cuchara esperando que se enfríe.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora