Capitulo 36

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Greta Santoro

Tanto Raven y yo consultamos a la doctora si podíamos llevarnos al bebé con nosotros a casa, mientras tratabamos de contactar a su madre.

La doctora nos había permitido llevarlo con nosotros, así que en menos de veinticuatro horas, Raven había remodelado el piso para la llegada del bebé.

Una enfermera me había enseñado todo lo que necesitaba saber para poder cuidar del bebé, a quien habiamos llamado Daniel.

Ahora mismo, estábamos acomodando a Daniel en la silla del auto, para irnos al piso. Iba profundamente dormido, con un chupón en su boca. La silla del auto había sido colocada en la parte trasera, justo detrás del asiento de Raven.

—Listo—Raven termina de asegurar el cinturón de seguridad

Cierra la puerta del auto y le sonrió, nerviosa por lo que íbamos a vivir las siguientes semanas.

—¿Crees que podremos?

—Creo que somos capaces—murmura Raven

Asiento lentamente y subimos al auto, miro a la parte trasera del auto para ver si Daniel seguía durmiendo. Había un espejo que apuntaba justo a su rostro, lo que me ayudaba a poder verlo. El dormía plácidamente, totalmente ajeno a su alrededor.

Raven enciende el auto y empieza a conducir hacia el piso. Tardamos un poco más de lo normal, ya que había bastante tráfico, pero llegamos sanos y salvos al piso.

Tomo el bolso que nos había entregado el hospital para los cuidados necesarios de Daniel y Raven se encarga de sacar la silla de auto para llevarla.

Subimos juntos al piso y al llegar, Raven dejo la silla de auto en el sofá. Me acerque para sacar a Daniel y lo cargue en mis brazos.

—Aun no puedo creer que lo dejarán en ese sucio bote de basura—tomo asiento en el sofá y miro a Daniel con una sonrisa—. ¿No es precioso?

—Bueno, no supera mi belleza—Raven toma asiento a mi lado

—No seas arrogante

—No es arrogante, solo la verdad—sonrie Raven

Niego mientras volvía mi vista a Daniel, que aún dormía cómodamente en mis brazos.

—¿Por qué no lo dejamos en su habitación?—propone Raven

—Me gusta cargarlo—sonrio

—Pero yo quiero pasar tiempo contigo—habla Raven

Suspiro y miro a Raven seriamente, el besa mi mejilla.

—De todas maneras, quiero conocer la habitación de Daniel

Raven sonríe y me hace una seña para seguirlo. Voy tras el mientras llevaba a Daniel en mis brazos, entramos a la habitación continúa a la nuestra y sonrió al ver la habitación completamente remodelada.

Las paredes eran de color gris y unas cortinas que impedían la entrada del sol por la mañana. Había un mudador junto a la cuna blanca. Peluches en repisas y algunos cuentos. Una silla mecedora a unos cuantos pasos de la cuna.

—Me encanta—admito sonriendo

—Hice lo mejor en tan poco tiempo

Me acerco a la cuna, dónde había un peluche de osito y una mantita. Recuesto a Daniel en la cuna y este se remueve en su sueño, dejo el oso de peluche cerca de el.

Acaricio el cabello rubio de Daniel con una sonrisa y Raven acaricia mis hombros.

—¿Por qué no lo dejamos dormir?

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora