Capitulo 17

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Raven Santoro

Piso fuertemente el acelerador totalmente tenso. Necesitaba llegar lo antes posible a la clínica donde mis padres estaban siendo atendidos.

Cuando colgué la llamada, había agarrado lo primero que había pillado en el armario, trate de no realizar ruido para no despertar a Greta.

Mi respiración era totalmente descontrolada, se me pasaban miles de ideas por la cabeza. Debía de haberlo visto venir el ataque.

Me salte varios semáforos en rojos, seguramente me llegará varias multas, pero era lo último que me importaba ahora mismo.

Entro al aparcamiento de la clínica y puedo ver cómo cada entrada estaba reforzada por soldados. Bajo rápidamente del auto y entro al gran edificio con mi pecho totalmente apretado.

Tío Alessio me había informado en qué piso estaban esperando noticias de mis padres. Subí rápidamente por las escaleras, llegando al cuarto piso.

Camino por los pasillos hasta que llegó donde mi familia estaba esperando. Puedo ver a mi abuela llorando sin control, a mí tía Zaria tratando de ser calmada por mi tío Luca. Dante y Matteo estaban sentados con las manos en el rostro.

—¿Cómo están? ¿Que se sabe?—pregunto llegando donde mi familia

El tío Alessio tenía sus ojos enrojecidos y mi tío Flavio comparte una mirada con el. Joder.

—Tu madre está en cirugía—responde mi tío Alessio

—¿Y papá?

—Tu madre está grave, existe la posibilidad de que no sobreviva

—¿Y papá?—repito mi pregunta

—Tu padre no sobrevivió—responde mi tío Flavio y siento como la abuela llora aún más—sufrio muchas heridas y recibió una bala que perforó su corazón. No pudieron reanimarlo.

Joder no.

—No es cierto—niego tratando de no creer lo que mi tío me decía

—Lo siento Raven, tu padre no sobrevivió—la voz del tío Alessio sale rasposa

—Los doctores quieren que alguien reconozca el cuerpo, nosotros no podemos, no somos capaces—habla el tío Luca

Trago grueso y seco las lágrimas que habían caído. Miro a mi abuela que estaba totalmente destrozada, ella había perdido a uno de sus hijos.

Los siguientes minutos estuve en automático, caminaba tras dos doctores que me llevaban a reconocer el cuerpo de papá. Tenia la esperanza que no fuera el, que fuera un jodido error y que el estuviera en algún quirófano siendo atendido.

Entro a la sala la cual era fría, me acerco lentamente a la camilla donde yacia un cuerpo cubierto de una sabanilla blanca. Uno de los doctores descubre parte del cuerpo revelando el rostro.

Miro el cuerpo inerte de mi padre, sus ojos permanecían cerrados y tenía rastros de sangre. Carajo, estaba muerto.

—Lo dejaremos solo—oigo a un doctor

Abandonan la sala dejándome solo con papá. Tocó su rostro y pude notar que aun estaba tibio.

—Nos abandonaste—susurro y la voz me temblaba, todavía estaba asimilando toda esta situación—. Joder, tuviste que luchar más, has dejado a mamá sola.

Lágrimas caen por mis mejillas sin poder evitarlo. Mi padre había muerto, el hombre que me había criado y apoyado siempre que lo necesitaba ya no estaba conmigo. El hombre que mantenía firme a nuestra familia.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora