1

934 93 41
                                    

Keigo estaba de rodillas frente aquella cuna que había comprado para su hijo, lloraba desesperado mientras tomaba aquellas mantas que se supone que cubrirían el cuerpo de su bebé, era tan difícil asimilar que jamás podría darme un hijo a su esposo.

— Papá quería darte tanto amor… — dijo entre lágrimas en rubio.

Todo iba mal en su vida desde aquel momento, no había día en que no llorara por su hijo y todo eso lo hacía sentir peor cuando su esposo tenía que salir con frecuencia a encargarse de su hijo que había tenido en su matrimonio anterior. Touya había estado casado con Tomura Shigaraki hijo del socio de su padre, claro que se amaron pero después de su divorcio Touya puso su límite y solo lo miraba cuando tenían que hablar sobre un tema que tuviera que ver con su hijo.

Keigo lloraba mientras pensaba en cómo hubiera sido su hijo, quizás peliblanco como el cabello real de Touya o quizás sería rubio como él, pero pensar en eso solo lo lastimaba más. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando recordó que tenía que dar clase en aquella escuela secundaria, adoraba trabajar en lo que le gustaba pero no sé sentía con ánimo para nada, aún así se levantó…

/////

Estaba frente a algunos alumnos, se dedicaba a dar clases de literatura y es que eso le apasionaba, amaba la lectura pero no más que a las inspiraciones de diversos autores, pero aunque amara tanto brindar aquellos conocimientos, no se sentía de ánimo así que simplemente dejó una actividad y se dedicó a pensar en él… Acostumbraba a escribir pequeños poemas o frases en una libreta de color rojo que había sido regalo de uno de sus alumnos antes de graduarse, era un profesor amable y no había alumno que no lo quisiera.

Normalmente aquellos pequeños poemas eran dedicados a su esposo, poemas con palabras llenas de amor y uno que otro reclamo pero no siempre eran pensamientos negativos y es que se sentía como adolescente enamorado. Escribió un pequeño verso pero está vez era diferente, plasmaba su dolor y desesperación por aquel aborto espontáneo, ¿Cuál es el valor de un Omega si no puede darle hijos a su pareja?.

“Aquel libro parece en perfecto estado pero se le ha arrancado una página y mientras aquella historia sigue adelante, siempre habrá un capítulo ausente, una página en blanco que deja un vacío profundo en la narrativa de su vida”

Sentía ganas de llorar intensamente pero trato de controlarse para que sus alumnos no lo vieran llorar, escucho una notificación llegar a su teléfono y rápidamente lo reviso, era un mensaje de Touya.


Touya: Mi amor, ¿Está bien si llevo a Nobu a casa?, Shigaraki estará ocupado y no podrá cuidarlo.

Keigo respondió con un simple “si” , adoraba cuidar niños pero no del hijo de Shigaraki, era un niño fastidioso y caprichoso que siempre le hacía muecas mientras su padre no lo miraba, el rubio intentaba ser amable con el niño pero este aunque tuviera tres años era un verdadero dolor de cabeza, parecía que no estaba educado.

//////

Al llegar a casa lo único que quería era ir al cuarto de su bebé y seguir llorando, no podía soportar las ganas de llorar y estar en el cuarto de su bebé lo hacía sentir aunque sea un poco mejor, al entrar a casa de adentro a la sala y ahí vio a su esposo leyendo algunos papeles, era un hombre ocupado así que era común verlo trabajar en casa.

— Hola Tou — se acercó al pelinegro y le dio un beso en la mejilla.

— Hola mi amor, ¿Qué tal tus clases?

— Fue un día tranquilo, ¿Aún tienes mucho trabajo?.

— Me llegó un caso al despacho está tarde, parecia fácil al ser un simple divorcio pero ninguna de las dos partes está de acuerdo y eso si que será fastidioso — seguía leyendo aquellos papeles— Hazme un favor y haz que Nobu se duerma, cometí el error de darle chocolate y créeme que la estoy pagando, hace rato estaba aquí jugando pero estoy algo ocupado.

— Haré mi mayor esfuerzo.

El rubio subió las escaleras de su casa en busca del niño, no escuchaba sus risas ni gritos, entró a la habitación que compartía con su marido y ahí vio al niño con uno de sus libros en mano y su mano batida de chocolate.

— Nobu… ¿Me puedes decir que haces?

— Pensé que no ibas a estar — el niño siguió ojeando aquel libro manchando las hojas de este. — estoy leyendo.

— Tienes tres años… creo que ese libro no es para ti — se acercó y al ver cómo ese crío manchaba su libro titulado : “Orgullo y prejuicio”, sintió mucha molestia, él cuidaba sus libros más de lo que se cuidaba él mismo — ¡Oye! ¡Eso no hace!

— ¡No eres mi papá!

— ¡Pero son mis cosas! — respondió el rubio arrebatando el libro de las manos del niño — Malcriado…

— ¡Papá! ¡Papá! — grito el niño llamando a Touya.

Keigo ignoró al niño mientras buscaba una forma de salvar las páginas manchadas del libro pero era inútil, el chocolate no se quitaría de las páginas. Volteo a ver quién abría la puerta de su habitación y al ver al pelinegro estaba dispuesto a mostrarle el desastre que su hijo había causado.

— ¿Qué sucede Nobu? Papá tiene que trabajar — el pelinegro se acercó a cargar a su hijo quien estaba haciendo un berrinche.

— ¡Keigo es malo! ¡No me dejó jugar con su libro!

— Touya, tu hijo tomó mis cosas sin permiso y mira lo que hizo — le mostró aquel desastre al mayor —  Dile algo…

— Nobu, los libros de Keigo no son para jugar, ahora ve y pídele una disculpa — pidió Touya amablemente a su hijo quien lloraba — Anda bebé…

— ¡No quiero! ¡No quiero!

— No seas grosero hijo…

Claro que Keigo sentía rabia por lo sucedido pero no podía enojarse con un niño, cuando Touya se llevó a su hijo a la habitación en donde acostumbran dormir el niño finalmente el rubio pudo descansar de aquellos lloriqueos y berrinches que tanto lo desesperaban.

////

— No te enojes amor… ¿Ese libro era costoso?

— Ese no es el punto Touya, tu hijo es muy grosero conmigo y debe por lo menos demostrarme respeto… siempre intento ser amable con él pero me responde de mala manera.

— Es un niño es obvio que será travieso, pero ya le encendí la televisión y estará ocupado por toda la noche y si mañana tengo que irme haré lo mismo para entretenerlo — Touya acarició el cabello del otro— Mañana te doy dinero y te compras nuevamente ese libro.

— Ya te dije que ese no es mi problema, es solo que es muy grosero conmigo y tú no le pones límites.

Touya se quedó callado y solo miraba el rostro de su esposo.

— Ya no te enojes…

— No me puedo enojar con un niño, solo te pido que pongas límites y le pidas que por lo menos me respete, pero créeme que no es culpa de Nobu ser de esa manera, desde que nos casamos Shigaraki le está metiendo ideas sobre mi y piensa que yo soy el malo de esta historia.

— Hablando de Shigaraki… ya sabes que será el cumpleaños de Nobu y mi padre le está organizando una fiesta, obviamente irá Shigaraki y yo tenía pensado llevarte a ti, después de todo tú eres mi esposo y es lo más correcto.

—No puedo estar en la misma habitación que Shigaraki, no lo soporto y no lo quiero ver — respondió rápidamente.

— Keigo, es el cumpleaños de mi hijo y obviamente estará él, solo vamos y te prometo que ni lo vas a notar.

— Claro que lo voy a notar, tus padres lo tratan como si fuera tu esposo aún, hacen de todo para que estén juntos y yo solo me quedo ahí viendo como tú accedes a lo que ellos dicen.

— Ya vas a empezar …

— ¡Si , ya voy a empezar! ¡Aprende a poner límites!

Touya se alejó del rubio.

— ¿Vas a ir o no?...

Baby - DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora