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Keigo miraba las cajas que le habían sido entregadas, tantos recuerdos en cada una de las cosas, todo eso le causaba mucha nostalgia pero decidió dejarlos como buenos recuerdos y siguió adelante con su vida. Pasó la tarde junto a Nishimura y mientras lo miraba jugar junto a su hijo pensaba seriamente en cómo sería su vida si le decía “si” a Nishimura, estaba seguro que tendría fidelidad y amor por parte del alfa y también estaba seguro de que su hijo estaría en buenas manos pero aún se preguntaba si sería feliz, claro que lo quería y le tenía aprecio por todo lo que hizo por él pero estaba seguro de que ese sentimiento no era amor, él no podía amar a Nishimura.

Pasó la noche pensando en cómo había sido su vida, toda su infancia vivió bajo las estrictas reglas de su padre y cuando pensó que viviría amargado toda su vida llegó Touya a darle esperanza, sentía rencor por el pelinegro pero no podía negar que mientras estuvo enamorado de él su vida era color de rosa, todo era felicidad y amor entre los brazos de ese hombre que tanto amo, pero eso ya no volvería no podía perdonar a Touya por todas esas humillaciones que lo hizo pasar.

Salió de sus pensamientos al escuchar a su pequeño sollozar, rápidamente se acercó a su cuna y lo tomó en brazos.

— ¿Qué pasa mi amor? — Takami intentaba calmar a su bebé.

Llevó al bebé hasta su cama y se recostó a su lado, parecía que el niño solo quería sentir el calor de su padre ya que permaneció despierto en silencio mientras Takami le daba caricias.

—  Mañana irás a casa de tu papá… eso me tiene intranquilo pero supongo que él también tiene derecho de verte — se inclinó a besar la mejilla de su pequeño — Aunque me pondré muy triste al no verte.

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Cuando Takami se despertó por los sollozos de su pequeño se percató que era de mañana, pasó toda la mañana ayudando a su madre con las tareas de hogar y cuando llegó la tarde preparo las cosas de su pequeño para cuándo su padre pasará a recogerlo, colocó solo lo escencial en aquella maleta y al terminar se dedicó a mimar a su pequeño hijo.

Pasaron horas y cuando finalmente escuchó que tocaban la puerta fue a ver de quién se trataba, al abrir no se sorprendió al ver a Touya.

— El bebé está listo — Keigo iba a darse la vuelta pero Touya se lo impidió.

— ¿Recibiste lo que mandé?...

— Si Touya, creo que es innecesario — Respondió Keigo con seriedad — Te hubieras desecho de esas cosas y con respecto a la ropa de nuestro primer hijo… quizás debamos donarla a gente que la necesite, si yo la tengo entre mis manos no podría soportar el pensar que lo perdí…

— Perdoname si hice algo que te pareció inapropiado pero quería que recordarás nuestros buenos y malos momentos, quisiera que me dieras una nueva oportunidad para estar contigo… entiendo que no quieras pero deseo tanto que me permitas ser tu esposo de nuevo

— Hubo más malos que buenos momentos, aprecio tu intento pero tú bien sabes que no estaremos juntos, ahora traeré al bebé para que puedas pasar el fin de semana con él…

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Touya sonreía al tener a su hijo en brazos y presumía a su heredero con todas las a personas que lo visitaban, todos parecían encantados con la llegada del bebé a excepción de Shigaraki quien solo miraba de reojo al bebé.

En la noche mientras Touya dormía, Shigaraki se levantó y fue a la habitación del bebé, lo miraba con desprecio recostado en su cuna.

— Lo mejor era que no nacieras bastardo… pero yo no voy a permitir que por tu culpa hagan a un lado a mi hijo…

Baby - DabiHawksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora