Hay oscuridad, maldad como dolor en todo el mundo, y se dice que en el infierno es peor... y saben, no es tan malo, ese infierno está vacío, los verdaderos demonios están en otra parte.
Y͎͔̩̠̮̗̎͊̍͗͛͂͌̾̽̅̈͗ y̖̫̣̱̰̩̣̤̣̜̓̽́̿͗͂ȏ̬̳̝̲̣͈̮͙̰͉̝̤̏̓̀̑ ĥ͊̅̆̽...
Aquella criatura mitad dragón y mitad demonio se levantó con furia y dio un fuerte rugido, para después escuchar la voz del mismo comandante, pero ya más gruesa, más aterradora y similar a un demonio muy fuerte.
General Best: Finalmente... funcionó.
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Daharim: e jejeje, sí no? pero que piensas hacer ahora que eres un demonio? digo no creo que me quieras matar luego de haber matado a cientos y miles de tus hombres no? jeje.
Aquella criatura rugió con una fuerza poderosa y lanzó un fuerte golpe que lo esquivé y me sorprendió totalmente al ver que dejó sin rastro alguno de los edificios que hacían atrás a lo lejos.
Daharim: ajaja... supongo que lo tomas como de muerte no?
El comandante rugió en su nueva forma, y saliera por completo de donde hacía, y en menos de nada, comenzó a correr hacia mí.
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Daharim: hay carajo... -Esquivé un garrazo devastador de su parte y luego comencé a evadir el resto.
Admito que era muy fuerte y demasiado poderoso, con solo dar un golpe contra el suelo lo destruyó por completo, me balanceaba entre los escombros y daba grandes saltos para esquivar sus ataques que cada vez arremetía con más fuerza.
Invoqué muchas espadas y se las mandé, pero él con solo dar fuertes garrazos las destruyó y logró darme un golpe de lleno que me hizo chocar contra un edificio.
Aquella bestia ahora cargó en sus manos una bola de fuego oscura con rojo igual de oscuro, y me la lanzó, ante eso, rápido me fui a lo más alto y esa bola me siguió, apenas estaba en el aire la corté en 2 con mis rayos de agua. Provocando así una tremenda explosión que alumbró todo el cielo de rojo sangre.
Al caer, pude ver como la enorme bestia cargaba un gigantesco edificio con el cual me lo lanzó, pero rápido pude evitarlo, cayendo ese edificios en los otros y matando a más civiles.
La bestia en ese entonces cargó sus garras con una especie de hojas afiladas, con las cuales me las lanzó y explotaban con el contacto, una de estas me dio y caí duro contra el suelo con muchas heridas.
