Capítulo 12: Recuerdos en una caja

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Cerca de las nueve de la mañana, enciende su móvil para revisar si Jungkook ha dado señales de vida. Lamentablemente, ese no es el caso. Vuelve su atención a su profesor y suspira con cansancio.

Al terminar la clase, camina por los pasillos de la universidad, mientras por su mente pasa la idea de disculparse con Jungkook por lo que sea que lo haya enfadado, a pesar de no saber lo que es. Se le hace tan extraña su actitud. Habían estado tan bien esos días. De hecho, el chico le había conversado respecto a temas personales, como esas alas de hada que hace unos pocos días se encontró buscando en Internet para regalárselas para su cumpleaños.

Cerca de las una de la tarde, recibe un mensaje que lo hace volver a respirar:

Jungkook 12:58

Entrenarás de cinco a siete con Seokjin.

Taehyung 12:58

Oh, ¿tienes terapia?

Gracias por la modificación de la hora.

Es la primera y última vez.

Jungkook 13:00

Ok.

Arruga las cejas al no ver señales de las respuestas y deja caer su cuerpo en el césped. Jimin le da una caricia en el brazo cuando suspira de pesar por lo cortante que fue su conversación con Jungkook. ¿Qué será?

—¿Será que jugué mal ayer y...

Yoongi resolpa una risa.

—No digas estupideces —pide Hoseok—. Estuviste increíble ayer. Jungkook es raro. Puede que tenga algún problema en casa, u otra cosa. No te lo tomes personal. Yo creo que tiene la suficiente madurez mental como para hablar si algo le molesta, o lo que sea.

—Quizás está celoso —dice Yoongi.

Ahora Taehyung es quien resopla una risa. Es estúpido de tan solo pensarlo. No cree capaz a Jungkook de tener ese tipo de emociones, muchísimo menos con él. Es simplemente ridículo.

—Esa si es una babosada —dice Taehyung con diversión.

Los jugadores de rugby se amontonan en un espacio para recibir instrucciones de su entrenador, y saben que se tendrán que retirar del césped para no interferir en el juego. Y tampoco tienen muchas ganas de ser pisoteados por esos hombres tan corpulentos y musculosos. Taehyung se levanta casi con dolor, sintiendo sus músculos gritar del resentimiento. Sus piernas no daban más de las agujetas, al igual que sus brazos, así que debe pedir ayuda para ser levantado.

No sabe cómo entrenaría ese día con Seokjin. Y en ese momento recuerda que tiene que dar aviso a Namjoon de que su eterno rival se encontraría con él.

Caminan hasta las gradas, donde vuelven a tomar asiento. Sus amigos se recuestan en la madera, pero él prefiere quedarse sentado para después no dar lástima a la hora de levantarse.

Heeseung se pasea frente suyo, por lo que se obliga a esbozar una sonrisa, a pesar de no sentirse necesariamente de buen ánimo. Y, cuando este anota un punto, lo señala, generando un jadeo colectivo de vergüenza ajena en su grupo de amigos. Taehyung los debe hacer callar de inmediato, sobre todo a Yoongi, quien era el que más fingía arcadas.

—Dios, son unos insoportables —masculla Taehyung.

—Taehyung, por favor —Jimin susurra casi con desesperación—. Eso da vergüenza ajena.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora