Capítulo 33: El tenis es la mejor terapia

917 175 59
                                    


Los días pasan más rápido de lo pensado, y las victorias de Taehyung son cada vez más espectaculares. Bajo los ojos de Jungkook, el chico es el mejor competidor de la temporada por lejos, y no lo dice porque sea su novio y entrenador, sino que es como el crítico y exigente tenista que fue en algún momento.

Se observan durante unos segundos con complicidad, mientras Taehyung compite su segundo partido, contra Seo Dongha, el segundo mejor de la temporada. Aprieta la mandíbula cuando el chico mueve rápidamente la mirada, para botear la pelota de tenis al suelo, preparándose para su saque.

Las cosas entre ellos se encuentran normales, pero hay una tensión de la infinidad de cosas que no están hablando que les está pesando en sus hombros. Y puede sentirlo en lo tirante que se comporta Taehyung, quien no ha vuelto a insistir en besarlo y tampoco se pasa a su cama por la noche. Sino que su relación se ha mantenido netamente profesional, igual a su idea inicial, pero el problema es que hay una montaña de palabras no expresadas que lo están asfixiando.

Y sabe que Taehyung lo nota.

Nota su mirada anhelante en los partidos competidos, y también la tensión en sus hombros cuando lo entrena, y ese brillo de tristeza constante en los ojos de Jungkook. Pero cuando encuentra el momento de hablar, el pelinegro busca algo muchísimo más interesante por hacer; seguir dañandose al ver a las personas contra las que alguna vez compitió entrenar con una velocidad que jamás podrá volver a tener.

La victoria está vez le sabe amarga, igual que la mayoría de cosas que ha celebrado, pero igualmente esboza una cordial sonrisa cuando Seo Dongha se acerca a felicitarlo, igual que al competidor que venció hace unos días atrás. Comparten algunas palabras de ánimo y vuelve a agradecer las contrarias, para moverse hasta Jungkook, quien rápidamente estira sus brazos para envolverlo en estos.

Y hay un profundo silencio entre ellos, porque hay miles de palabras que no hablan.

—Lo hiciste muy bien —murmura Jungkook, acariciando el brazo de Taehyung.

—Gracias.

Ambos son invitados a una pequeña junta de tenistas que se realizaría para celebrar el término de la primera ronda de celebraciones. Taehyung acepta de inmediato, demasiado aburrido de pasar sus noches en silencio, mirando el celular, o pensando en el estado de ánimo de Jungkook.

El pelinegro arruga sus cejas, un poco disconforme con la respuesta del chico. No quiere ser un aguafiestas, pero no se encuentra con el ánimo para asistir a una fiesta, muchísimo menos a una que jamás fue invitado antes y donde se encuentran demasiados tenistas que pueden seguir compitiendo porque no tienen una rodilla mala.

Pero sabe que Taehyung iría y que nada lo podría frenar de su decisión.

Viajan en silencio hasta el hotel, donde rápidamente toman el ascensor hasta el segundo piso. Jungkook baja la mirada hasta la mano de su novio y esboza una triste sonrisa al ver esta empuñada, casi obligándose a él mismo a no ceder.

Al abrir la puerta, no hay besos ansiosos, ni roces más coquetos, ni mordiscos en el cuello.

No hay nada más que una mirada larga, que parece decirlo todo.

Taehyung se arregla frente a él después de su larga ducha, usando sus clásicas prendas que lo hacen ver como un maldito modelo de alta costura. Tan elegante y minimalista, porque su belleza hace todo el trabajo.

Lo observa con atención, siguiendo todos los pasos que este sigue después de sus duchas. Está seguro que jamás en su vida había visto tantas cremas y lociones faciales hasta que vio a Taehyung ponerse una por una de estas en su rostro. Y, cuando termina su rutina de cuidado facial, le tiende una cadena de oro. Jungkook lo observa, inquisitivo, hasta que lo ve voltearse.

Match point | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora